https://eljardindelassreflexiones.blogspot.com/2020/05/prueba.html EL JARDIN DE LAS REFLEXIONES

viernes, 6 de junio de 2014

PIEDRITAS


En cierta ocasión, un hombre caminaba por la playa en una noche de luna llena.
Iba pensando de esta forma:
Si tuviera un carro nuevo, sería feliz.
Si tuviera una casa grande, sería feliz.
Si tuviera un excelente trabajo, sería feliz.
Si tuviera una pareja perfecta, sería feliz, cuando tropezó con una bolsita llena de piedras.
Comenzó a arrojar las piedritas una por una al mar cada vez que decía:
Sería feliz si tuviera...
Así lo hizo hasta que solamente quedó una piedrita en la bolsita, que decidió guardar.
Al llegar a su casa percibió que aquella piedrita era en realidad un diamante muy valioso.
¿Te imaginas cuántos diamantes arrojó al mar sin detenerse a pensar?
Así son las personas - arrojan sus preciosos tesoros por estar esperando lo que creen perfecto o soñando y deseando lo que no tienen, sin darle valor a lo que tienen cerca de ellas.
Si mirasen alrededor, deteniéndose a observar, percibirían lo afortunadas que son.
Muy cerca de si está su felicidad.
Cada piedrita debe ser observada puede ser un diamante valioso.
Cada uno de nuestros días puede ser considerado un diamante precioso, valioso e insustituíble.
Depende de cada uno aprovecharlo o lanzarlo al mar del olvido para jamás recuperarlo.
¿Y tú como estás lanzando tus piedritas? que pueden ser novios, amigos, trabajo, e inclusive tus mismos sueños...
"El mundo está en las manos de aquellos que tienen el valor de soñar y correr el riesgo de vivir sus sueños."
(Un texto de Paulo Coelho)

HACER LA DIFERENCIA

 
Su nombre era Mrs. Thompson. Mientras estuvo al frente de su clase de 5o. grado, el primer día de clase lo iniciaba diciendo a los niños una mentira. Como la mayor parte de los profesores, ella miraba a sus alumnos y les decía que a todos los quería por igual. Pero eso no era posible, porque ahí en la primera fila, desparramado sobre su asiento, estaba un niño llamado Teddy Stoddard.
Mrs. Thompson había observado a Teddy desde el año anterior y había notado que el no jugaba muy bien con otros niños, su ropa estaba muy descuidada y constantemente necesitaba darse un buen baño. Teddy comenzaba a ser un tanto desagradable.
Llego el momento en que Mrs. Thompson disfrutaba al marcar los trabajos de Teddy con un plumón rojo haciendo una gran X y colocando un cero muy llamativo en la parte superior de sus tareas.
En la escuela donde Mrs. Thompson enseñaba, le era requerido revisar el historial de cada niño, ella dejó el expediente de Teddy para el final.
Cuando ella revisó su expediente, se llevó una gran sorpresa.
La Profesora de primer grado escribió: "Teddy es un niño muy brillante con una sonrisa sin igual. Hace su trabajo de una manera limpia y tiene muy buenos modales... es un placer tenerlo cerca".
Su profesora de segundo grado escribió: "Teddy es un excelente estudiante, se lleva muy bien con sus compañeros, pero se nota preocupado porque su madre tiene una enfermedad incurable y el ambiente en su casa debe ser muy difícil".
La profesora de tercer grado escribió: "Su madre ha muerto, ha sido muy duro para él. El trata de hacer su mejor esfuerzo, pero su padre no muestra mucho interés y el ambiente en su casa le afectará pronto si no se toman ciertas medidas".
Su profesora de cuarto grado escribió: "Teddy se encuentra atrasado con respecto a sus compañeros y no muestra mucho interés en la escuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones duerme en clase".
Ahora Mrs. Thompson se había dado cuenta del problema y estaba apenada con ella misma. Ella comenzó a sentirse peor cuando sus alumnos le llevaron sus regalos de Navidad, envueltos con preciosos moños y papel brillante, excepto Teddy.
Su regalo estaba mal envuelto con un papel amarillento que el había tomado de una bolsa de papel. A Mrs. Thompson le dio pánico abrir ese regalo en medio de los otros presentes. Algunos niños comenzaron a reír cuando ella encontró un viejo brazalete y un frasco de perfume con sólo un cuarto de su contenido. Ella detuvo las burlas de los niños al exclamar lo precioso que era el brazalete mientras se lo probaba y se colocaba un poco del perfume en su muñeca.
Teddy Stoddard se quedo ese día al final de la clase el tiempo suficiente para decir: "Mrs. Thompson, el día de hoy usted huele como solía oler mi mamá". Después de que el niño se fue ella lloró por lo menos una hora.
Desde ese día, ella dejó de enseñarles a los niños aritmética, a leer y a escribir. En lugar de eso, comenzó a educar a los niños. Mrs. Thompson puso atención especial en Teddy. Conforme comenzó a trabajar con él, su cerebro comenzó a revivir. Mientras más lo apoyaba, el respondía más rápido. Para el final del ciclo escolar, Teddy se había convertido en uno de los niños más aplicados de la clase y a pesar de su mentira de que quería a todos sus alumnos por igual, Teddy se convirtió en uno de los consentidos de la maestra.
Un año después, ella encontró una nota debajo de su puerta, era de Teddy, diciéndole que ella había sido la mejor maestra que había tenido en toda su vida.
Seis años después por las mismas fechas, recibió otra nota de Teddy, ahora escribía diciéndole que había terminado la preparatoria siendo el tercero de su clase y ella seguía siendo la mejor maestra que había Tenido en toda su vida.
Cuatro años después, recibió otra carta que decía que a pesar de que en ocasiones las cosas fueron muy duras, se mantuvo en la escuela y pronto se graduaría con los más altos honores. Él le reiteró a Mrs. Thompson que seguía siendo la mejor maestra que había tenido en toda su vida y su favorita.
Cuatro años después recibió otra carta. En esta ocasión le explicaba que después de que concluyó su carrera, decidió viajar un poco. La carta le explicaba que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido y su favorita, pero ahora su nombre se había alargado un poco, la carta estaba firmada por Theodore F. Stoddard, MD.
La historia no termina aquí, existe una carta más que leer, Teddy ahora decía que había conocido a una chica con la cual iba a casarse. Explicaba que su padre había muerto hacía un par de años y le preguntaba a Mrs. Thompson si le gustaría ocupar en su boda el lugar que usualmente es resevado para la madre del novio, por supuesto Mrs. Thompson aceptó y adivinen... Ella llegó usando el viejo brazalete y se aseguró de usar el perfume que Teddy recordaba que usó su madre la última Navidad que pasaron juntos.
Se dieron un gran abrazo y el Dr. Stoddard le susurró al oído, "Gracias Mrs. Thompson por creer en mi. Muchas gracias por hacerme sentir importante y mostrarme que yo puedo hacer la diferencia".
Mrs. Thompson con lágrimas en los ojos, tomó aire y dijo, "Teddy, te equivocas, tu fuiste el que me enseñó a mi que yo puedo hacer la diferencia. No sabía cómo educar hasta que te conocí".
Recuerda que a donde quiera que vayas y hagas lo que hagas, tendrás la oportunidad de tocar y/o cambiar los sentimientos de alguien, trata de hacerlo de una forma positiva.
"Los amigos son ángeles que nos levantan sobre nuestros pies cuando nuestras alas tienen problemas para recordar como volar".

ANILLO DE COMPROMISO

 
Un muchacho entro con paso firme a la joyería y pidió que le mostraran el mejor
anillo de compromiso que tuviera.
El joyero le presento uno.
La hermosa piedra, solitaria, brillaba como un diminuto sol resplandeciente.
El muchacho contemplo el anillo y con una sonrisa lo aprobó.
Pregunto luego el precio y se dispuso a pagarlo.
Se va usted a casar pronto? Le pregunto el joyero.
No -respondió el muchacho- Ni siquiera tengo novia.
La muda sorpresa del joyero divirtió al comprador.
Es para mi mamá -dijo el muchacho - Cuando yo iba a nacer estuvo sola;
alguien le aconsejo que me matara antes de que naciera, así se evitaría problemas. Pero
ella se negó y me dio el don de la vida. Y tuvo muchos problemas. Muchos...........
Fue padre y madre para mí, y fue amiga y hermana, y fue mi maestra. Me hizo
ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo
uno. Yo se lo doy en promesa de que si ella hizo todo por mi, ahora yo haré
todo por ella.
Quizás después entregue otro anillo de compromiso. Pero será el segundo”.
El joyero no dijo nada. Solamente ordeno a su cajera que hiciera al muchacho el descuento
aquel que se hacia nada mas a los clientes importantes.
"REFLEXION"
Tenemos casas más grandes, pero familias más chicas.
Tenemos más compromisos, pero menos tiempo.
Tenemos más medicinas, pero menos salud.
Hemos multiplicado nuestras fortunas, pero hemos reducido nuestros valores.
Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado.
Hemos llegado a la Luna y regresamos, pero tenemos problemas para
cruzar la calle y conocer a nuestro vecino.
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.
Tenemos mayores ingresos, pero menos moral.
Estos son tiempos con más libertad, pero menos alegría.
Con más comida, pero menos nutrición.
Son días en los que llegan dos sueldos a casa, pero entran los divorcios.
Son tiempos de casas más lindas, pero más hogares rotos.
No guardes nada para “una ocasión especial", porque cada día que vives es una ocasión especial.
Lee mas, siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte en las malas
hierbas; pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos; come
tu comida preferida.
La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es solo para sobrevivir.
No guardes tus copas de cristal; no guardes tu mejor perfume, úsalo cada
vez que te den ganas de hacerlo.
Las frases "Uno de estos días", "Algún día", quítalas de tu vocabulario. Escribamos
aquella carta que pensábamos escribir "Uno de estos días".
Digamos hoy a nuestros familiares y amigos, cuanto los queremos......
Por eso no retardes nada que agregue risa y alegría en tu vida. Cada día, hora, minuto,
es especial....

¿ CUANTO CUESTA TU MILAGRO ?

 
Esta era una niña precoz de 8 años. Un día escuchó a su madre y a su
padre hablar acerca de su hermanito Andrew. Ella solo sabía que su hermano
estaba muy enfermo y que su familia no tenía dinero.
Planeaban mudarse para un complejo de apartamentos el siguiente mes porque su padre no tenía
el dinero para las facturas medicas y la hipoteca.
Solo una operación costosísima podría salvar a Andrew. Escuchó que su padre estaba
gestionando un préstamo pero no lo conseguía. Escuchó a su padre murmurarle a su madre, quien
tenia los ojos llenos de lágrimas, -Solo un milagro puede salvarlo."
Tess fue a su cuarto y sacó un frasco de jalea que mantenía escondido en el closet.
Vació todo su contenido en el suelo y lo contó cuidadosamente. Lo contó una segunda vez, ¡una tercera!
La cantidad tenía que ser perfecta. No había margen para errores.
Luego colocó todas las monedas en el frasco nuevamente, lo tapó y se escabulló
por la puerta trasera y caminó 6 bloques hasta la farmacia que tenía el jefe indio color rojo
en el marco de la puerta.
Esperó pacientemente su turno. El farmacéutico parecía muy ocupado al momento y no le prestaba
atención. Tess movió su pie haciendo un ruido. Nada. Se aclaró la garganta
con el peor sonido que pudo producir. Nada. Finalmente, sacó una moneda del frasco
y golpeó el "counter".
-¿Qué deseas?- le preguntó el farmacéutico en un tono bastante desagradable. Y! le
dijo sin esperar respuesta: -Estoy hablando con mi hermano que acaba de llegar de Chicago y no
lo he visto en años.
-Bueno, yo quiero hablarle acerca de mi hermano- le contestó Tess en el mismo tono que usara
el farmacéutico. -Está muy enfermo y quiero comprar un milagro. -¿Qué dices?-
dijo el farmacéutico.
-Su nombre es Andrew y tiene algo creciéndole dentro de la cabeza y mi padre dice que solo
un milagro lo puede salvar. Así que, ¿cuánto cuesta un milagro?
-Aquí no vendemos milagros, pequeña. Lo siento pero no te puedo ayudar. Le contestó
el farmacéutico; ahora en un tono más dulce.
-Mire, yo tengo el dinero para pagarlo. Si no es suficiente, conseguiré el resto.
Solo dígame cuanto cuesta.
El hermano del farmacéutico era un hombre elegante. Se inclinó y le preguntó
a la niña: -¿Qué clase de milagro necesita tu hermanito?
-No lo se. -Contestó Tess con los ojos a punto de explotar.- Solo se que está
bien enfermo y mi mami dice que necesita una operación. Pero mi papá no puede
pagarla, así que yo quiero usar mi dinero.
-¿Cuánto dinero tienes?- le preguntó el hombre de Chicago.
-Un dólar con once centavos"- contestó Tess en una voz que casi no se entendió.
-Es todo el dinero que tengo pero puedo conseguir más si lo necesita.
-Pues que coincidencia.- Dijo el hombre sonriendo. -Un dólar con once centavos, justo el precio
de un milagro para hermanos menores.- Tomó el dinero en una mano y con la otra cogió a la niña del brazo
y le dijo: -Llévame a tu casa. Quiero ver a tu hermano y conocer a tus padres. Veamos
si yo tengo el milagro que tu necesitas.
Ese hombre de buena apariencia era el Dr Carlton Armstrong, un cirujano especialista en neurocirugía.
La operación se efectuó si cargos y en poco tiempo Andrew estaba de regreso a casa y en buena
salud. Los padres de Tess hablaban felices de las circunstancias que llevaron a este doctor hasta su puerta.
-Esa cirugía," dijo su madre. "fue un verdadero milagro. Me pregunto cuanto habría costado.
Tess sonrió. Ella sabía exactamente cuanto costaba un milagro, un dólar con once
centavos más la fe de una pequeña. Un milagro no es la suspensión
de la ley natural, sino la operación de una ley más alta.
(UNA HISTORIA VERDADERA)

EL JARRON DE PORCELANA


Cierto día, un profesor entró al aula dispuesto a dar una clase especial. Sus alumnos de psicología, asombrados, lo veían sacar de una bolsa unos cuantos objetos. Les dijo:
-En la vida se van a encontrar con muchas situaciones para resolver. Hoy vamos a resolver un problema. Y dicho esto colocó una hermosa mesita en el centro de la clase, y encima colocó un jarrón de porcelana muy caro donde puso una rosa amarilla de extraordinaria belleza, y dijo así: "¡Aquí está el problema! ¡Resuélvanlo!" .
Todos se quedaron perplejos mirando aquella escena: un jarrón de extremo valor y belleza y una maravillosa flor. ¿Qué representaría? ¿Qué hacer? ¿Cuál era el enigma? ¿cómo que eso era un problema? En un momento, uno de los discípulos, ante la mirada atónita de sus compañeros, tomó el jarrón entre sus manos, lo levantó, y lo estrelló sin asco contra el suelo. Hecho esto, volvió a su lugar.
-¡Por fin alguien entendió! -exclamó el profesor. Empezaba a dudar de la formación que les estuve dando. Luego explicó:
-Yo fui bien claro, dije que ustedes estaban delante de un "problema". No importa cuán bello y fascinante sea un problema, tiene que ser eliminado, terminado, concluido.

Puede ser una mujer sensacional, o un hombre maravilloso o un gran amor que se acabó, por más lindo que sea o haya sido, si no tiene más sentido para tu vida, tiene que ser suprimido porque corres el riesgo de permanecer con él por el resto de tu vida. Muchas personas cargan la vida entera el peso de cosas que fueron importantes en el pasado, y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en sus corazones y mentes, espacio que es indispensable para recrear la vida, sobre todo si el problema es algún sentimiento de rencor o reproche, que aunque en algún momento te haya hecho mucho daño, eso solo forma parte del pasado. Sólo existe una manera de lidiar con un problema, y es atacándolo de frente. No se puede tener piedad, ni ser tentado por el lado fascinante que cualquier conflicto acarrea consigo. No tiene caso tratar de "acomodarlo" y darle vueltas, si al fin y al cabo ya no es otra cosa más que "un problema".
Déjalo, hazlo a un lado y continúa tu misión. No huyas de él... No lo escondas... ¡Acaba con él!

jueves, 5 de junio de 2014

EL REY Y EL SABIO


Cuentan que había una vez un señor que padecía lo peor que le puede pasar a un ser humano:
su hijo había muerto. Desde la muerte y durante años no podía dormir. Lloraba y lloraba hasta que amanecía.
Un día, aparece un ángel mientras dormía y le dice:
- Basta ya.

- Es que no puedo soportar la idea de no verlo nunca más.
El ángel le dice:
- ¿Lo quieres ver?.

El hombre lógicamente responde afirmativamente.
Entonces lo agarra de la mano y lo sube al cielo.
Ahora lo vas a ver, quédate acá.

Por una acera enorme empiezan a pasar un montón de chicos, vestidos como angelitos,
con alitas blancas y una vela encendida entre las manos, como uno se imagina el cielo con los angelitos.

El hombre dice:
- ¿Quiénes son?

Y el ángel le responde:
- Éstos son los chicos que han muerto en estos años y todos los días hacen este paseo
con nosotros, porque son puros...

- ¿Mi hijo está entre ellos?
- Sí, ahora lo vas a ver.
Y pasan cientos y cientos de niños.
- Ahí viene... avisa el ángel.
Y el hombre lo ve. ¡Radiante!, como lo recordaba.
Pero hay algo que lo conmueve: entre todos es el único chico que tiene la vela apagada,
y él siente una enorme pena y una terrible congoja por su hijo. En ese momento el chico lo ve,
viene corriendo y se abraza a él.

Él lo abraza con fuerza y le dice:
- Hijo, ¿por qué tu vela no tiene luz? ¿no encienden tu vela como a los demás?.
- Sí, claro papá, cada mañana encienden mi vela igual que la de todos, pero... ¿sabes qué pasa?,
cada noche tus lágrimas apagan la mía.--

TU ORGULLO

 
Hubo una vez dos mejores amigos. Ellos eran inseparables, eran una sola alma. Por alguna razón sus caminos tomaron dos rumbos distintos y se separaron. Yo nunca volví a saber de mi amigo hasta el día de ayer, después de 10 años, que caminando por la calle me encontré a su madre. La saludé y le pregunté por mi amigo. En ese momento sus ojos se llenaron de lágrimas y me miró a los ojos diciendo: murió ayer.... No supe qué decir, ella me seguía mirando y pregunté cómo había muerto.
Ella me invitó a su casa, al llegar allí me ofreció sentarme en la sala vieja donde pasé gran parte de mi vida, siempre jugábamos ahí mi amigo y yo. Me senté y ella comenzó a contarme la triste historia. Hace 2 años le diagnosticaron una rara enfermedad, y su cura era recibir cada mes una transfusión de sangre durante 3 meses, pero ¿recuerdas que su sangre era muy rara?, sí, lo sé, igual que la tuya.... Estuvimos buscando donadores y al fin encontramos a un señor vagabundo.
Tu amigo, como te acordarás, era muy testarudo, no quiso recibir la sangre del vagabundo. Él decía que de la única persona que recibiría sangre sería de ti, pero no quiso que te buscáramos, él decía todas las noches: no lo busquen, estoy seguro que mañana si vendrá.... Así pasaron los meses, y todas las noches se sentaba en esa misma silla donde estás tú sentado y rezaba para que te acordaras de él y vinieras a la mañana siguiente. Así acabó su vida y en la última noche de su vida, estaba muy mal, y sonriendo me dijo: madre mía, yo sé que pronto mi amigo vendrá, pregúntale por qué tardó tanto y dale esa nota que está en mi cajón. La señora se levantó, regresó y me entregó la nota que decía:
Amigo mío, sabía que vendrías, tardaste un poco pero no importa, loimportante es que viniste. Ahora te estoy esperando en otro sitio espero que tardes en llegar, pero mientras tanto quiero decirte que todas las noches rezaré por ti y desde el cielo te estaré cuidando mi querido mejor amigo. ¡Ah, por cierto, ¿te acuerdas por qué nos distanciamos? sí, fue porque no te quise prestar mi pelota nueva, jaja, qué tiempos.... éramos insoportables, bueno pues quiero decirte que te la regalo y espero que te guste mucho. Te quiere mucho: tu amigo por siempre.
"No dejes que tu orgullo pueda más que tú corazón... La amistad es como el mar, se ve el principio pero no el final"