Tener los brazos abiertos, cuando hay tantos mutilados.
Que mis ojos vean, cuando hay tantos sin luz.
Que mis manos trabajen, cuando hay tantas que mendigan.
Que tenga salud, cuando hay tantos enfermos.
Que tenga seres queridos, cuando hay tantos solitarios.
Que mi voz cante, cuando hay tantas que enmudecen.
Que maravilloso Señor:
Tener abrigo, techo y sustento, cuando hay tantos en la
calle.
Es maravilloso volver a casa, cuando hay tantos que no
tienen a donde ir.
Es maravilloso amar, vivir sonreir y soñar,
cuando hay tantos que odian, lloran y se revuelven en
pesadillas.
Es maravilloso tener un DIOS en quien creer, cuando hay
tantos
que no sienten consuelo ni tiene fe.
Es maravilloso Señor……
sobre todo, tener tan poco que pedir y tanto
que agradecer.