https://eljardindelassreflexiones.blogspot.com/2020/05/prueba.html EL JARDIN DE LAS REFLEXIONES

jueves, 3 de julio de 2014

EQUIVOCARSE

No se equivoca el hombre que busca la verdad y no la encuentra; se equivoca el que, por temor a errar, deja de buscarla.
No se equivoca el hombre que expresa lo que siente y es rechazado; se equivoca el que, por miedo a decir lo que siente, deja de expresar su amor a otra persona…
No se equivoca el hombre que comienza a cambiar dando pequeños pasos; se equivoca el que por tratar de dar un giro total a su vida, nunca da el primer paso que inicia el camino que lo llevará a dar la vuelta al mundo!!!

miércoles, 2 de julio de 2014

GENTE TOXICA

Las palabras motivan o hieren profundamente, los seres humanos somos increíblemente frágiles, emocionalmente somos tan delicados que las palabras tienen el gran poder de perfilar nuestras vidas.

Aquellas personas que descargan comentarios negativos que nos hieren, las podríamos llamar “gente tóxica”, y puede ser cualquiera: un amigo, un hermano, un jefe, tu mamá o tu papá, e incluso nuestra pareja. Sus comentarios sabotean de alguna manera nuestros esfuerzos por llevar una vida feliz y productiva. Una persona puede ser tóxica para alguien y no serlo para los demás.

A todos nos gusta ganarnos el respeto, la aceptación, el reconocimiento de los demás y escuchar palabras de aliento. Tristemente, no siempre es así, no falta la persona tóxica. Reconocer a una persona tóxica y saber qué hacer si nos topamos con ella, es de gran ayuda ¿Cómo identificarla?

¿Te pones de mal humor o te sientes menos después de una plática con ella?
¿Te sientes poco atractivo (a) estando con esta persona?
¿Te ignora?
¿Te provoca dolor de cabeza, te tensa y sientes alivio cuando se va?
¿Al hablarle tartamudeas o cambia de expresión tu cara?
Si contestaste “si”, te podrás dar cuenta de que estas personas cambian nuestro comportamiento y nuestros sentimientos. Una persona con baja autoestima hará cuanto pueda por sabotear las relaciones o para sentirse importante, la raíz en la mayoría de los casos son los celos y se actúa de manera irracional. A la gente tóxica le molesta cuando otro tiene éxito, cuando es atractivo, popular, simpático, culto, etc.

Vivir por darle gusto a todo el mundo, es imposible, así como sacrificar ciertas cosas sólo para ser “aprobados”. Lo que tenemos que hacer es amarnos y aceptarnos y comprender que para alguien siempre seremos una amenaza a su seguridad y sin una razón específica. Dice un dicho: “No sé cuál es la clave del éxito: pero la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo”.

Hay varios tipos de “tóxicos”:

El que a todo mundo recorta
El del Club de la Lágrima Perpetua
El mosca muerta
El chismoso
El que disfruta difundir malas noticias
El machista
El sabelotodo
El metiche
El que se cree simpático
El que mira por el hombro de los demás…
Hay que evitar el contacto con la gente tóxica, pero cuando esto no sea posible, respira hondo y trata de comprenderla: Es probable que no tenga suficiente amor en su vida.

Intentemos convertir el coraje en fortaleza interna y mantener el control mientras recibimos el comentario o la actitud negativa, pensemos que ésta puede ser una reacción al dolor, al vacío, a la soledad.

Por último algo muy importante, debemos analizarnos profunda y honestamente, ver si acaso…


¡No somos nosotros mismos los “personajes tóxicos” !

TRIUNFADORES Y PERDEDORES

Cuando un triunfador comete un error, dice: “Me Equivoqué“, y aprende la lección.
Cuando un perdedor comete un error, dice: “No fue culpa mía” y responsabiliza a los otros.
Un triunfador sabe que la adversidad es el mejor de los maestros.



Un perdedor se siente víctima durante las adversidades.

Un triunfador sabe que el resultado de las cosas depende de sí mismo.
Un perdedor cree que existe la mala suerte.

Un triunfador trabaja mucho y dedica más tiempo para sí mismo.
Un perdedor está siempre “muy ocupado” y no tiene tiempo ni siquiera para los suyos.

Un triunfador enfrenta los desafíos uno a uno.
Un perdedor rodea los desafíos y no se atreve a intentar.

Un triunfador se compromete, da su palabra y la cumple.
Un perdedor hace promesas, no se pone “manos a la obra” y cuando falla sólo se sabe justificar.sólo

Un triunfador dice: “Soy bueno, pero puedo mejorar”.
Un perdedor dice: “No soy tan malo como otros”.

Un triunfador escucha, comprende y responde.
Un perdedor no espera que llegue su momento de hablar.

Un triunfador respeta a aquellos que saben más y se preocupa en aprender algo de ellos.
Un perdedor se resiste a todos los que saben más y sólo se fija en sus defectos.

Un triunfador se siente responsable por algo más que por su propio trabajo.
Un perdedor no se compromete y siempre dice: “Hago mi trabajo y ya es bastante”.

Un triunfador dice: “Debe haber una forma mejor de hacerlo. . .”.
Un perdedor dice: “Esta es la forma en que siempre lo hemos hecho. No hay otra…”.

Un triunfador consigue “ver el bosque en su totalidad”.
Un perdedor se fija sólo “en el arbol que le toca plantar”.

Un triunfador es PARTE DE LA SOLUCIÓN.
Un perdedor es PARTE DEL PROBLEMA.

Un triunfador comparte este mensaje con los amigos…

Un perdedor es egoísta y guarda el mensaje sólo para sí…

UNA NUEVA OPORTUNIDAD


Todos los días Dios nos da, junto con el sol,
un momento en el que es posible cambiar
todo lo que nos hace infelices.

Todos los días tratamos de fingir que no percibimos
ese moento, que ese momento no existe,
que hoy es igual que ayer y será igual que mañana.

Pero quien presta atención a su día,
descubre el instante mágico.

Puede estar escondido en la hora en que metemos
la llave en la puerta por la mañana,
en el instante de silencio después del almuerzo,
en las mil y una cosas que nos parecen iguales

Ese momento existe:

un momento en el que toda la fuerza de las estrellas
pasa a través de nosotros y nos permite hacer milagros.

La felicidad es a veces una bendición,
pero por lo general es una conquista.
El instante mágico del día nos ayuda a cambiar,
nos hace ir en busca de nuestros sueños.

Vamos a sufrir, vamos a afrontar muchas desilusiones….,
pero todo es pasajero, y no deja marcas.

Y en el futuro podemos mirar hacia atrás con orgullo y fe.

Pobre del que tiene miedo de correr riesgos.
Porque ése quizá no se decepcione nunca,
ni tenga desilusiones, ni sufra

como los que persiguen un sueño.

ENFRENTANDO LA TRISTEZA

¿Quien no ha pasado momentos de intensa tristeza en ciertas ocasiones de su vida? La tristeza es un sentimiento íntimamente ligado a la naturaleza humana. ¿por qué entonces afloran las lágrimas o lloramos en silencio cuando el dolor de una pena, una partida, una traición, una injusticia, parece desgarrarnos por dentro? Inmediatamente salimos a enfrentar un sentimiento negativo y que a todas luces nos negamos a sufrir.

Pero… ¿es lícito estar triste? Lo cierto es que se puede ser o estar triste; se puede provocar o sufrir tristeza. No es lo mismo.
Tal vez la partida a la eternidad de un ser amado, una separación de pareja, un fracaso o una traición, una enfermedad prolongada y cruel, el maltrato en cualquiera de sus versiones, son los desencadenantes más comunes de estados de tristeza, infelicidad o desaliento.

Alguien dijo que no existe la felicidad, sólo momentos felices. Y tal vez en algún sentido tenga razón. Pero la tristeza que hoy nos ocupa es la “tristeza aprendida”. Es aquella que consiste en un sentimiento profundo de resignación, impotencia y desesperanza que impide reaccionar inclusive cuando se dispone de los medios para hacerlo. En pocas palabras: amedrentarse y darse por derrotado aún antes de luchar. ¡NO LO PERMITAS! Si pasaste o aún estás pasando por una situación dolorosa, tienes todo el derecho de estar triste. Lo que no debes permitir es que esa pérdida, esa traición, ese difícil momento de la separación, se convierta en tu verdugo.
Clama hoy a Dios por visión, ciencia y sabiduría para que esa tristeza que hoy padeces, sea tu maestra, aunque sea difícil… no tu verdugo.

Eso sí puedes hacerlo. Es la puerta hacia el consuelo que tanto necesitas.

VIVE HOY


Sabiendo que mañana será el resultado de lo que plantas ahora.
Despierta a la vida y encuentra un nuevo color, haz nueva la fuerza interior que existe dentro de ti.
Permite que la superficie de tu ser, viva las pequeñas alegrías de la vida cotidiana.
Ve en ti mismo como un ser especial, lleno de potencial para hacer frente a las dificultades.
No dejes que el pesimismo eche raíces dentro de ti, lucha y nunca dejes que la llama de la fe se apague en tu corazón.
Analiza sus acciones sin temor de asumir un error, porque este es el primer paso para la renovación.
Siempre reserva un tiempo para ti mismo y ve cómo ponerte en contacto con Dios.
Considera que los problemas como las tormentas de la vida, no son sino una oportunidad para tu crecimiento.
Sonríe más a menudo, porque una sonrisa y el amor son capaces de grandes transformaciones internas y externas.
Cuando el dolor llega, no te desesperes, al igual que como llegó, va a desaparecer, la confianza y la fe deben ser ingredientes que no deben faltar en ti, siempre una mano estará para guiarte.
Mantén un corazón abierto para el optimismo, y elije buenas semillas y cultívalas en ti mismo.
No te preocupes demasiado, la respuesta a tus súplicas siempre llega a tiempo.

Lleva adelante tu historia y escribe cada minuto vivido, porque cada momento es el don que está en frente a ti hoy !!!

PARA SER FELIZ

Puedés tener defectos, vivir ansioso y estar irritado 
algunas veces, pero no te olvides de que tu vida es
la mayor empresa del mundo. Solo tu puedés evitar
que ella vaya en decadencia.

Hay muchas personas que te precisan, admiran y te quieren.

Recuerda siempre que ser feliz no es tener un cielo
sin tempestades, caminos sin accidentes, trabajos sin
cansancio, relaciones sin decepciones.


Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón,
esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo,
amor en los desencuentros.

Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa,
sino también reflexionar sobre la tristeza.

No es apenas conmemorar el suceso,
sino aprender lecciones en los fracasos.

No es apenas tener alegría con los aplausos,
sino encontrar alegría en el anonimato.

Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida,
a pesar de todos los desafíos, incomprensiones y
períodos de crisis.

Ser feliz no es una fatalidad del destino,
sino una conquista de quien sabe viajar
para dentro de su propio ser.

Ser feliz es dejar de ser víctima de tu problemas y
volverse el actor de tu propia historia.

Por encima de todo, se el heroe de tu vida,

no la víctima.