https://eljardindelassreflexiones.blogspot.com/2020/05/prueba.html EL JARDIN DE LAS REFLEXIONES

miércoles, 15 de octubre de 2014

ARREGLOS FLORALES








Esta contratado

Un joven fue a solicitar un puesto importante en una empresa grande. Pasó la entrevista inicial e iba a conocer al director para la entrevista final. El director vio su CV, era excelente. Y le preguntó: "
-¿Recibió alguna beca en la escuela?" el joven respondió "no".
-"¿Fue tu padre quien pagó tus estudios? "
-" Si."-respondió.
-"¿Dónde trabaja tu padre? "
-"Mi padre hace trabajos de herreria."
El director pidió al joven que le mostrara sus manos .
El joven mostró un par de manos suaves y perfectas.
-"¿Alguna vez has ayudado a tu padre en su trabajo? "
-"Nunca, mis padres siempre quisieron que estudiara y leyera más libros. Además, él puede hacer esas tareas mejor que yo.
El director dijo:
-"Tengo una petición: cuando vayas a casa hoy, ve y lava las manos de tu padre, y luego ven a verme mañana por la mañana."

El joven sintió que su oportunidad de conseguir el trabajo era alta.
Cuando regresó a su casa le pidió a su padre que le permitiera lavar sus manos.
Su padre se sintió extraño, feliz pero con sentimientos encontrados y mostró sus manos a su hijo. El joven lavó las manos poco a poco. Era la primera vez que se daba cuenta de que las manos de su padre estaban arrugadas y tenían tantas cicatrices. Algunos hematomas eran tan dolorosos que su piel se estremeció cuando él la tocó.
Esta fue la primera vez que el joven se dio cuenta de lo que significaban este par de manos que trabajaban todos los días para poder pagar su estudio. Los moretones en las manos eran el precio que tuvo que pagar por su educación, sus actividades de la escuela y su futuro.
Después de limpiar las manos de su padre, el joven se puso en silencio a ordenar y limpiar el taller. Esa noche, padre e hijo hablaron durante un largo tiempo.

A la mañana siguiente, el joven fue a la oficina del director.
El director se dio cuenta de las lágrimas en los ojos del joven cuando le preguntó: -"¿Puedes decirme qué has hecho y aprendido ayer en tu casa?"
El joven respondió: -"lavé las manos de mi padre y también terminé de asear y acomodar su taller"
-"Ahora sé lo que es apreciar, reconocer. Sin mis padres, yo no sería quien soy hoy. Al ayudar a mi padre ahora me doy cuenta de lo difícil y duro que es conseguir hacer algo por mi cuenta. He llegado a apreciar la importancia y el valor de ayudar a la familia.

El director dijo: "Esto es lo que yo busco en mi gente. Quiero contratar a una persona que pueda apreciar la ayuda de los demás, una persona que conoce los sufrimientos de los demás para hacer las cosas, y una persona que no ponga el dinero como su única meta en la vida". "Estás contratado".

Un niño que ha sido protegido y habitualmente se le ha dado lo que él quiere, desarrolla una "mentalidad de tengo derecho" y siempre se pone a sí mismo en primer lugar. Ignoraría los esfuerzos de sus padres.

Si somos este tipo de padres protectores ¿realmente estamos demostrando el amor o estamos destruyendo a nuestros hijos?

Puedes dar a tu hijo una casa grande, buena comida, clases de computación, ver en una gran pantalla de televisión. Pero cuando estás lavando el piso o pintando una pared, por favor que también él lo experimente. Después de comer que lave sus platos junto con sus hermanos y hermanas. No es porque no tengas dinero para contratar quien lo haga, es porque quieres amarlos de la manera correcta. No importa cuán rico seas, lo que quieres es que entienda. Un día tu pelo tendrá canas, igual que la madre de ese joven.


Lo más importante es que tu hijo aprenda a apreciar el esfuerzo y tenga la experiencia de la dificultad y aprenda la habilidad de trabajar con los demás para hacer las cosas.


Todos aprendamos a compartir

Saben que los "pobres de Dios" no son solamente los que no tienen dinero, sino los más pobres son los que no tienen compañía, salud, alegría ... y aún los más pobres de todos, son los que ya perdieron lo principal: La FE en DIOS...

Hasta los más pobres
saben compartir y ayudar
a los más necesitados.

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A veces los que tienen menos son los que ponen el ejemplo dando más... pues recuerda que cuando los ricos dan algo, dan solamente una porción de lo que tienen, sin embargo, cuando los pobres dan, a veces dan TODO lo que tienen... Así de desinteresada es su entrega...

Saben ellos muy bien lo que son las carencias, lo que es no tener nada....

Saben que los "pobres de Dios" no son solamente los que no tienen dinero, sino los más pobres son los que no tienen compañía, salud, alegría ... y aún los más pobres de todos, son los que ya perdieron lo principal: La FE en DIOS...

Comparte un poco o un mucho

de lo tanto que DIOS te ha dado !

HERMOSAS ROSAS









LA MENTE DE DIOS ES DIFERENTE

 EL HUMO NO SIEMPRE ES SEÑAL DE DESASTRE... DIOS NUNCA LLEGA TAR­DE, SIEMPRE ESTÁ PRESENTE...

LA MENTE DE DIOS ES DIFERENTE

El único sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una diminuta y deshabitada isla. Pi­dió fervientemente a Dios ser rescatado y cada día escudriña­ba el horizonte buscando ayuda, pero no parecía llegar.

Cansado, finalmente optó por construirse una cabana de ma­dera para protegerse y almace­nar sus pocas pertenencias. En­tonces, un día, tras merodear por la isla en busca de alimento, regresó a su casa sólo para en­contrar su cabañita envuelta en llamas, con el humo ascendien­do hasta el cielo.

Lo peor había ocurrido, lo había perdido todo.

Quedó anonadado de triste­za y rabia.
"¡Dios mío!, ¿cómo pudiste hacerme esto?", se lamentó.

Sin embargo, al día siguiente    fue despertado por el ruido de un barco que se acercaba a la isla. Habían venido a rescatarlo.

"¿Cómo supieron que estaba aquí?", preguntó el cansado hombre a sus salvadores.
-"Vi­mos su señal de humo", contes­taron ellos.

Es fácil descorazonarse cuan­do las cosas marchan mal, pero no debemos desanimarnos por­que Dios trabaja en nuestras vi­das aún en medio del dolor y el sufrimiento.

La próxima vez que tu caba­na se vuelva humo, recuerda que puede ser la señal de que la ayu­da y gracia de Dios viene en ca­mino.


EL HUMO NO SIEMPRE ES SEÑAL DE DESASTRE... DIOS NUNCA LLEGA TAR­DE, SIEMPRE ESTÁ PRESENTE...

EL CANASTO DE CARBON

Cuenta la historia de un anciano que vivía en una granja en las montañas de Mendoza con su joven nieto.
Cada mañana, el abuelo y su nieto se sentaban a la mesa de la cocina para leer la vieja y estropeada Biblia.
Un día el nieto le preguntó: - abuelo, yo intento leer la Biblia, me gusta mucho pero no la entiendo y lo poco que logro entender se me olvida enseguida.
¿Por qué necesitamos leer la Biblia? ¿Qué tiene de bueno?
El abuelo que escuchaba, mientras echaba carbón en la estufa, respondió: - Querido hijo, toma el canasto de carbón ve al río y tráemelo lleno de agua.
El nieto obedeció a su abuelo, aunque toda el agua se perdió antes de que él pudiera volver a la casa.
El abuelo se rió y dijo: - Tendrás que caminar más rápido y lo envió nuevamente al río con el canasto del carbón para hacer un nuevo intento.
Esta vez el niño corrió todo lo que pudo, pero de nuevo el canasto estaba vacío antes de que llegara a la casa.
Casi sin respiración, le dijo a su abuelo. - Llevar agua en un canasto de carbón es imposible, nunca lo lograré. Si tú quieres que traiga agua iré con otro tipo de recipiente.
Pero el anciano dijo: - Es que yo no quiero un recipiente de agua, quiero un canasto de agua.
- Tú puedes lograrlo, trata de ir más rápido y lo conseguirás.
El anciano salió, para ver lo que hacía su nieto. El niño sabía que era imposible, pero quería demostrar a su abuelo que aún cuando corriese tan rápido como podía, el agua se saldría antes de que llegase a la casa.
Al llegar de nuevo con el canasto vacío, dijo: - ¡Mira abuelo, es inútil!
- ¿Por qué piensas que es inútil? Le preguntó el anciano. Mira dentro del canasto, ¿no ves algo diferente? El niño miró el canasto y no vio nada especial, pero de pronto se dio cuenta de que en lugar de estar sucio y lleno de restos de carbón, estaba muy limpio.
-Hijo, le dijo el abuelo, esto es lo que pasa cuando tu lees la Biblia, tal vez no puedes entender o recordarlo todo, pero a medida que la vas leyendo te limpia por dentro.

“Ésa es la obra de Dios en nuestra vida. Para transformar nuestro interior, debe lavarnos lenta y constantemente hasta producir una limpieza, que le permita obrar sin ningún tipo de obstáculos”