En muchas ocasiones, debido a nuestro temor a quedarnos
solas, al apego emocional, la baja autoestima o la vana creencia de que “no
encontraré a alguien más”, podemos llegar a quedarnos junto a personas que ni
nos aman de forma sincera, ni nos valoran como merecemos.
Pero debemos ser mujeres fuertes, valientes, y capaces de
reconocer cuando estamos perdiendo el tiempo con alguien que no nos merece.
En este tipo de situaciones por lo general hay un
desequilibrio en la pareja puesto que sólo una de las partes es la que se
esfuerza por hacer que la relación evolucione y perdure.
Situaciones que no te mereces como mujer:
La ausencia de detalles de carácter romántico.
Que te busque exclusivamente para satisfacer ciertas
necesidades personales.
El “estoy aquí para cuando lo necesites” que nunca se
cumple, pues quien siempre está ahí para él, eres tú.
La fluctuación entre los grados de importancia que te
dan: un día acaparas atenciones y al otro desapareces de la faz de la tierra.
El trato preferencial hacia otras personas mientras que a
ti te tratan como a un trapito viejo.
Hay tiempo para todos y para todo, menos para ti.
La falta de compromiso.
La manipulación que ejercen para direccionarte a hacer lo
que ellos quieren que hagas.
Tú no eres tapete de nadie, si alguien quiere limpiarse
los pies, pues que lo haga con sus propias miserias no con tus sentimientos.
El tiempo es demasiado valioso como para andar
desperdiciándolo al lado de una persona que no se interesa por ti. Piensa en
que mientras pierdes tu tiempo con quien no te merece, podrías estar con
alguien que piensa en ti a cada instante y te ve como una persona de ensueño.
¿Qué prefieres: vivir el amor con un bonito ser o recoger las migajas de un
engreído que anda por el mundo buscando una compañía diferente a la tuya?
Porque no nos engañemos, muchas veces nos quedamos en estas relaciones por
diminutas muestras de afecto, aún sabiendo que él está buscando una pareja que
no tiene ni nuestro nombre, ni nuestro color de cabello y mucho menos nuestros
sentimientos. Es así como nos convertimos en personas que dejan en “remojo”,
como quien dice, “si me quedo sin el pan, por lo menos no he tirado al queso”.
Tú no eres ningún queso y menos una segunda opción. Tú
debes estar siempre en primer lugar y quien no te valora, quien no está
dispuesto a amarte en tu unicidad, quien no te regala una buena dosis de amor,
no te merece. Somos mujeres, necesitamos más que una limosna, necesitamos
compartir nuestra vida al lado de alguien que de verdad quiera convertirse en
nuestro cómplice incondicional de camino.
No temas decir:
¡Tú no me mereces!
Yo reconozco mi valía y no tengo porqué andar tras la
sombra de alguien que no sabe lo que quiere ni se quiere a si mismo.
Merezco ser feliz con una persona cuya mirada no me
mienta ni quiera utilizarme. Sé que el mundo está lleno de seres maravillosos y
en algún momento podré sonreír al lado de ése alguien reservado para mí.
Mi vida ya existía antes de que tú llegaras… ¿y adivina?
Continuará sin ti, no te creas… no eres indispensable y yo no seré más tu
muñeca de distracción.
Si tú no te valoras, nadie lo hará.
Eres bella, lo mereces todo y no menos. ¿Por qué querrías
quedarte con una gotita de agua cuando puedes tener al mar entero?