https://eljardindelassreflexiones.blogspot.com/2020/05/prueba.html EL JARDIN DE LAS REFLEXIONES

lunes, 24 de noviembre de 2014

EL ECO DE LA VIDA

Un niño y su padre caminaban entre las montañas. De repente, el hijo tropezó y cayó al suelo gritando Aaahhh!

Para su sorpresa, oyó una voz a lo lejos que gritaba como él.

Con curiosidad el niño preguntó: ¿Quién está ahí?

¿Quién está ahííí…? Le respondieron.

Molesto con la respuesta, el niño gritó: ¡Cobarde! Pero le respondieron de la misma manera: ¡Cobardeee…!

El niño desconcertado le preguntó a su padre: -¿Qué sucede papá?

El padre, sonriendo le dijo: Hijo mío, presta atención.

Se levantó y dirigiéndose a la montaña, gritó: ¡Te admiro!

La voz respondió: ¡Te admirooo...!

Volvió a gritar: ¡Eres un campeón!

Y la voz le respondió: ¡Eres un campeónnn...!

El niño estaba asombrado y no entendía. Se llama Eco, le explicó el padre, aunque en realidad es la vida. Te devuelve todo lo que dices o haces. Nuestra vida es simplemente un reflejo de nuestras acciones.

Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor. Si deseas felicidad, da felicidad a los que te rodean. Si quieres recibir una sonrisa, sonríe a los que conoces.

Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida. La vida te dará de regreso, exactamente aquello que tú le has dado. Tu vida no es una coincidencia, es un reflejo tuyo.

Alguien dijo: Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa muy bien lo que estás dando...

Aprendí y decidí... Y así después de tanto esperar, un día como cualquier otro decidí triunfar... y decidí no esperar que llegaran las oportunidades, sino salir yo mismo a buscarlas.

Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución, decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis, decidí ver cada noche como un misterio a resolver, decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.

Aquel día descubrí que mi único rival eran mis propias debilidades, y que en ellas mismas está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de tenerle miedo a fallar, o perder y empecé a tenerle miedo a no intentar ganar. Descubrí que yo no era el mejor y que quizá nunca lo fui, me dejó de importar quién ganaba o perdía, ahora lo único que me importa es simplemente saberme mejor que ayer.

Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir. No llegar a una posición, sino mantenerme.

Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener es el derecho a llamar a alguien "Amigo".

Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, el amor es una manera de vivir.

Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás.


Aquel día decidí cambiar tantas cosas... aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar...ahora duermo para soñar.

PARA VIVIR EN PAZ

Aún en medio de la tormenta y los tiempos difíciles es posible vivir en paz:
¿estás dispuesto a lograrlo?

Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta.

Muchos artistas lo intentaron, el rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.

La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre estas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos quienes miraron esta pintura pensaron que esta reflejaba la paz perfecta.

La segunda pintura también tenía montañas, pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua.

En todo esto no se revelaba nada pacífico. Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, observó que tras la cascada había un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio de del rugir del la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en el medio de su nido.

Sin dudarlo el Rey escogió esta pintura y explicó:

"Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas, exista calma y serenidad dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la paz."


Y tú... ¿ya sabes QUIEN te da la verdadera paz del corazón?... así es, Dios nuestro Señor.

EL TAZON DEL ABUELO

El abuelo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Sus manos temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban. El abuelo y su familia se reunían todos los días para comer; pero sus manos temblorosas y la vista enferma le causaban dificultades para alimentarse. La comida caía de su cuchara al suelo y, cuando intentaba tomar el vaso, derramaba el contenido sobre el mantel.
El hijo y su esposa se cansaron de la situación. "Tenemos que hacer algo con el abuelo", dijo el hijo. "Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo".  Así que el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba a la hora de comer. Como el abuelo había roto varios platos, su comida se la servían en un tazón de madera. De vez en cuando, miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver algunas lágrimas sobre su rostro triste, mientras intentaba alimentarse solo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.
El niño de cuatro años observaba todo en silencio.
Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con unos trozos de madera en el suelo. Le preguntó: "¿Qué estás haciendo, hijo?" Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando sean como el abuelo, yo les pueda servir la comida en ellos. Sonrió y siguió con su tarea.
Las palabras del pequeño golpearon muy fuerte a sus padres, quebrantando sus corazones de tal forma que quedaron sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas y a pesar de que ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.
Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa junto a ellos. Y, por alguna razón, el matrimonio no se molestaba más cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.

Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos siempre escuchan y sus mentes procesan todos los mensajes. Si ven que proveemos un hogar feliz para todos los miembros de la familia, ellos imitarán esa actitud por el resto de sus vidas. Los padres y madres deben escucharlos, ya que muchas veces Dios nos quiere llamar la atención o decirnos algo a través de ellos, no seamos orgullosos pensando que sólo son niños, tengamos la suficiente sabiduría para analizar y meditar el mensaje que un niño nos puede dar. Seamos constructores sabios y modelos a seguir.
He aprendido que la actitud y las palabras de un niño, pueden cambiar una vida. He aprendido que aún tengo mucho que aprender.

"Cuando derramas amor, las personas que lo reciben jamás olvidarán lo que les hiciste sentir” y habrás logrado lo más hermoso: la sonrisa y la aprobación de Dios”

Lagrimas de mujer
-¿Por que lloras mamá? le pregunto un niño a su madre.
Porque soy mujer, le contestó ella.
No entiendo: dijo el niño.
Su madre se inclinó le abrazó y le dijo: -Jamás lo entenderás mi amor.
Más tarde el niño le preguntó a su papá: -¿Porqué a veces mamá llora sin ninguna razón?
Todas las mujeres lloran siempre por “ninguna razón” le contestó el padre.
El pequeño creció y se convirtió en un hombre, pero seguía siempre preguntándose: -¿Por qué las mujeres lloran sin razón?
Un día le preguntó a DIOS, -Señor ¿Por qué lloran tan fácilmente las mujeres y especialmente, sin razón?  Y Dios le dijo...
-Cuando hice a la mujer tenía que crear algo especial.
Hice sus hombros lo suficientemente fuertes, como para cargar el peso del mundo entero, pero; a la vez lo suficientemente suaves como para confortarlo.
Le di una inmensa fuerza interior, para que pudiera soportar el dolor de dar a luz y también el rechazo, que muchas veces proviene de sus propios hijos.
Le di la fortaleza que le permite seguir adelante, cuidando de su familia, sin quejarse, a pesar de las enfermedades y la fatiga.
Le di sensibilidad para amar a sus hijos, bajo cualquier circunstancia.
Esa misma sensibilidad, que le hace compartir cualquier tristeza, llanto, dolor, ansiedad, duda o temor de sus hijos.
Le di la fuerza suficiente para que pudiera perdonar las faltas de su esposo y  por si fuera poco, la moldeé de una de sus costillas para que ella pudiera cuidar de su corazón.
Le di sabiduría para saber que un buen esposo nunca lastimaría a su esposa y la determinación para mantenerse a su lado a pesar de todo.
Pero para poder soportarlo todo...      
Le di las lágrimas. Son algo exclusivamente de la mujer, para usarlas cuando las necesite.
Gracias Señor por haber creado a la mujer, ahora comprendo el sentir de mi madre, de mi hermana y de mi esposa, respondió el hombre.

“Su única debilidad... son esas lágrimas llenas de ternura y amor”

ORACION DEL PADRE

AYÚDAME, SEÑOR, a comprender a mis hijos, a escuchar pacientemente lo que quieren decirme y a responderles todas sus preguntas con amabilidad.Evítame que los interrumpa, que les dispute o contradiga.

HAZME cortés con ellos para que ellos sean conmigo de igual manera. Dame el valor de confesar mis errores y de pedirles perdón cuando comprenda que he cometido una falta.

IMPÍDEME que lastime los sentimientos de mis hijos. Prohíbeme que me ría de sus errores o que recurra a la afrenta y a la mofa como castigo.

NO ME permitas que induzca a mis hijos a mentir y a robar. Guíame hora tras hora para que confirme, por lo que digo y hago, que la honestidad es fuente de felicidad.



MODERA, te ruego, la maldad en mí. Evítame que los incomode y cuando esté malhumorado, ayúdame, Dios mío, a callarme. Hazme ciego ante los pequeños errores de mis hijos y auxíliame a ver las cosas buenas que ellos hacen.

AYÚDAME a tratar a mis hijos como niños de su edad y no me permitas exigirles el juicio y convicciones de los adultos. facúltame para no robarles la oportunidad de confiar en sí mismos, pensar, escoger o tomar decisiones.

OPÓNTE a que los castigue para satisfacer mi egoísmo. Socórreme para concederles todos los deseos que sean razonables y apóyame para tener el valor de negarles las comodidades que yo comprendo que les harán daño.


HAZME justo y ecuánime, considerado y sociable para con mis hijos, de tal manera que ellos sientas hacia mí, estimación. Hazme digno, Señor, de que sea amado e invitado con mis hijos.

jueves, 20 de noviembre de 2014

COMO ORAS HA DIOS ?


Cuentan que una mujer oraba siempre a Dios, pero su petición nunca era respondida. Pidió entonces ayuda a un sabio que habitaba en un convento muy alejado y éste le preguntó: ¿Cómo oras a Dios?

Ella respondió: Yo más o menos le digo así: Señor, este día tengo muchos problemas, muchas dificultades, necesito ayuda y ya no sé qué hacer. Te pido que tengas compasión de mí pues mis fuerzas se han agotado. Mi familia no me ayuda y tengo muchos enemigos.

-Claro, respondió el sabio: Tu problema es muy sencillo. Cuando oras, debes ver a Dios y no ver tus problemas. Dirigirte a Dios confiando en que Él escucha y sabiendo que Su poder está sobre todas las cosas. De esta forma reconocerás a Dios como centro de tu vida y entonces tu oración será escuchada. Pero aunque a ti te parezca que Dios no te escucha, nunca dejes de orar.

¿Saben? A veces Dios se convierte en un pañuelo de lágrimas a quien nos acercamos pero no para que nos libre de nuestros problemas, sino para "quejarnos" y nuestras oraciones están llenas de quejas, ira, e incluso rabia, pero pocas veces le decimos a Dios que confiamos en Él, que conoce nuestros problemas y los puede solucionar.

Cuando Pedro caminaba sobre el agua, cuenta la Biblia que quitó su mirada de Jesús y fue entonces cuando empezó a hundirse. Cada vez que sientas que te hundes, debes volver tu vista y Él extenderá su mano y te levantará.


“De la misma forma, cuando estés orando no debes tener a tus problemas como centro, sino a Dios”.

PORTADAS CON ROSAS









LA AGENDA DE DIOS

No te inquietes por las dificultades de la vida, por sus altibajos, por sus decepciones, por los problemas, por el futuro…

¡Acepta lo que Dios tiene planeado para ti! Ofrécele en medio de las dificultades y las angustias, una sonrisa, porque de esta manera estarás, aceptando Su voluntad.
Recuerda que Dios tiene una agenda para cada uno de nosotros y esta agenda es imposible alterarla.

Eso que te tiene preocupado y hace tiempo que no se soluciona, estas pidiendo en oración y Dios no te contesta… clamas y el problema se agudiza… tu estado de ánimo esta por el piso, te sientes frustrad@… En este punto consideras que Dios no escucho nada y que no le importas.

Te equivocas, quiero decirte que la solución, la respuesta esta anotada en la agenda de Dios, ¡no! en la fecha que tú deseas, sino en Su tiempo. El día de la bendición esta agendado, solo tienes que esperar con paciencia. Recuerda que Sus caminos y Sus pensamientos son totalmente diferentes a los nuestros… Isaías 55:8.

Él tiene un plan para tu vida, despreocúpate y confía ciegamente, porque cuando estés preparado, cuando hayas pasado por las pruebas que nos plantea la vida, vendrá el día que te hará sonreír y ver lo grande que es el Amor de Dios.

Las pruebas tienen un solo objetivo, hacer de ti una persona con valentía, fortalecerte en la fe y llenarte de confianza. Quizás Dios te esté preparando para realizar algo muy importante.


Recuerda que: «El Señor no elige a los capacitados, por el contrario capacita a sus elegidos»