Andaba yo por la carretera de la vida tiempo atrás y un día ví un letrero que decía:
“La Tienda del cielo”.
Cuando me aproximé, la puerta se abrió…
y cuando me dí cuenta ya había entrado. Vi grupos de ANGELES por todos lados!
Uno me dió una cesta y dijo: ”Hijo mío, compra todo lo que quieras, En la tienda hay todo lo que un hombre necesita…
…Y lo que no puedas cargar hoy, puedes volver mañana y llevarlo sin problemas”.
Lo primero que agarré fue PACIENCIA y luego AMOR, estaban en el mismo estante.
Más adelante estaba la COMPRENSIÓN
y también la compré; iba a necesitarla donde quiera que fuera…
Compré, además, dos cajas de SABIDURÍA
y dos bolsas de FÉ
No pude dejar de lado al ESPÍRITU SANTO
pues estaba en todo el lugar… Me detuve un poco para comprar, FUERZA y CORAJE pues,
me ayudarían mucho
en esta carrera de la vida.
Cuando ya tenía casi llena la cesta, recordé que me hacía falta un poco de
GRACIA, BENDICIÓN, …
y que no me debía olvidar de la SALVACIÓN Esta la ofrecían GRATIS!!! Entonces tomé una buena porción de cada una:
Suficiente para salvarme y para salvarte!
Caminé hacia el cajero
para pagar la cuenta,
ya tenía todo para hacer
la voluntad del MAESTRO.
Cuando iba llegando a la caja, ví la ORACIÓN y la agregué a mi canasta ya repleta. Sabía que cuando saliera la usaría…
La PAZ y la FELICIDAD
estaban en unos estantes pequeños, aproveché para cargarlos; la ALEGRÍA colgaba del techo, agarré un paquete para mí.
Llegué al cajero y le pregunté: ¿Cuánto debo?
Él sonrió y me contestó:
“Lleva tu cesta donde quiera que vayas…”
Una vez más, sonreí y pregunté:
“¿Cuánto realmente yo debo?”
El sonrió otra vez y dijo:
“Hijo mio, no te preocupes,
Jesús pagó la cuenta hace mucho, mucho tiempo atrás”.
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