Somos las únicas criaturas en la superficie de la Tierra
capaces de transformar nuestra biología mediante lo que pensamos y sentimos.
Nuestras células están constantemente observando nuestros pensamientos y siendo
modificadas por ellos. Un ataque de depresión puede arrasar nuestro sistema
inmunológico; serenarse, al contrario, puede fortificarlo tremendamente.
La alegría y la actividad armoniosa nos mantienen
saludables y prolongan la vida. El recuerdo de una situación negativa o triste,
libera las mismas hormonas y sustancias biológicas destructivas que el estrés.
Sus células están constantemente procesando todas sus
experiencias y metabolizandolas de acuerdo con sus puntos de vista personales.
No se puede simplemente captar datos aislados y confirmarlos con un
juzgamiento. Usted se transforma en la interpretación cuando la internaliza.
Quien está deprimido a causa de la pérdida de un empleo,
por ejemplo, proyecta tristeza por todas partes del cuerpo. La producción de
neurotransmisores a partir del cerebro se altera, el nivel de hormonas varía,
el ciclo del sueño es interrumpido, los receptores neuropeptídicos en la
superfície externa de las células de la piel se modifican, las plaquetas
sanguíneas se tornan más viscosas y más propensas a formar grumos y hasta sus
lágrimas contienen trazos químicos diferentes al de las lágrimas de alegría.
Todo este perfil bioquímico será drasticamente modificado
cuando la persona encuentre una nueva situación. Estos hechos confirman la gran
necesidad de usar nuestra consciencia para crear los cuerpos que realmente
necesitamos. La ansiedad a causa de un examen acaba pasando, así como la
depresión a causa de un empleo perdido.
El proceso de envejecimiento, sin embargo, tiene que ser
neutralizado cada día. Shakespeare no estaba siendo metafórico cuando a través
de su personaje Próspero dijo: “ Nosotros somos hechos de la misma materia que
los sueños”.
¿Usted quiere saber como está su cuerpo hoy? Entonces
recuerde lo que pensó y sintió ayer. ¿Quiere saber como estará su cuerpo
mañana? ¡Observe sus pensamientos y emociones hoy! ¡O usted abre su corazón, o
algún cirujano cardivascular lo hará por usted!
Otra perpectiva, desde un ángulo parecido lo pueden
encontrar en Nelson Torres: “La Venganza del Inconsciente”.
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