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miércoles, 2 de abril de 2014
UN CUENTO FACIL
La niña llegó a su casa con los ojos enrojecidos y la cara triste.
- Qué te pasa? – Le dijo su padre.
- No es nada, no es nada, estoy bien, – contestó la niña yendo corriendo a su habitación.
Pero el padre no se quedó contento con la respuesta y preocupado por su niña, fue a su cuarto a preguntrle.
- ¿Qué tienes? ¿algo te preocupa?, le preguntó el padre.
- Que no es nada, solo quiero estar sola.
El padre reflexionó unos segundos por la respuesta de su hija y de nuevo le habló:
- ¿Puedo hablar contigo? Es que necesito un consejo tuyo.
La niña, al escuchar aquellas palabras sin saber bien cómo reaccionar ante tal petición, se sentó en su cama y miró a su padre.
Entonces el le dijo:
- Verás, necesito contarle un cuento a tu hermano pequeño para que se duerma y ya se sabe todos, no sé cual contar, ¿Podrías decirme tú uno que pudiera gustarle?
La niña tratando de demostrar normalidad le dijo a su padre con seriedad.
- No sé, cuéntale un cuento FACIL, seguro que le gustará, dijo la niña con la voz derrotada.
- ¿Uno fácil? Uno… ¿fácil? – volvió a repetir su padre. intentando entender a su niña.
- Si, uno fácil, léele un cuento fácil, – dijo la hija.
El padre se quedó meditando y sin llegar a comprender lo que su hija pedía no tuvo más remedio que decirle:
- ¿Y cuál podría ser para ti un cuento fácil?
Y la niña como si le fuera a dar una lección a su padre, sentada en su cama y con los ojos aún enrojecidos, cruzó los brazos en actitud de adulto y le explicó a su padre:
- Pues por ejemplo un cuento en el que dos conejitos van al campo con su mamá y uno se escapa y entonces le buscan por todo el bosque y al final le encuentran, estaba comiendo moras, pero cuando vio la cara de susto de su mamá le pidió perdón y prometió no volver a hacerlo y se fueron todos juntos felices a su casa.
El papá miro a su niña con asombro, no solo acababa de inventarse un cuento bonito sino que además el mensaje era educativo. Pero confuso aún por el título que le había puesto le dijo a su niña:
- ¿Y por qué a ese cuento le llamas el cuento fácil?
La niña sin demostrar ni un ápice de sorpresa por la pregunta le dijo a su padre:
- Pues porque es un cuento fácil ¿no lo ves?. Es un cuento feliz, sencillo de contar y de entender, seguro que le gustará y se dormirá enseguida.
Y su padre, intrigado por tal respuesta se atrevió a preguntarle de nuevo a su niña.
- No lo entiendo bien, si ese es un cuento fácil, entonces ¿cuál podría ser un cuento difícil?.
- Es que ahora no puedo contarte un cuento difícil, no puedo papi, y con los ojos llorosos, calló y bajó la mirada sin decir nada más.
Su padre, al comprender que algo le pasaba a su niña, le dijo así:
-Mira mi niña, antes de ir a contarle ese cuento fácil que me has dicho a tu hermano, ¿por qué no me cuentas ahora un cuento difícil?
La niña se quedó pensativa unos segundos y habló de esta manera:
- Esta mañana en el cole no estaba mi amigo Carlos que se sienta a mi lado siempre, porque unos chicos más mayores le pararon en la calle, le pidieron el reloj y como no quería dárselo le han pegado y está muy mal en el hospital, y yo… no entiendo papi.
El padre con la voz entrecortada por lo que estaba escuchando le dijo:
- Mi niña y ¿por qué no me han contado esto nada más llegar?
- Porque las tristezas, el dolor o las cosas que no terminan bien, me dan miedo, no me gustan, son cuentos difíciles de contar papi, – dijo la niña rompiendo a llorar y sintiéndose aliviada al descargar la verdad de sus emocionados ojos en la dulce mirada de su padre.
Entonces el padre abrazó con fuerza a su niña y compartió unos minutos el llanto, luego mirándole a los ojos le dijo:
- Mira, cuando seas más mayor me gustaría que recordaras este consejo que te doy ahora, ¿vale?.
-¿Qué consejo es ese papá?, dijo la niña buscando la ternura en la mirada de su padre.
Esta vida, a veces, es como una colección de cuentos infantiles, todos queremos siempre escuchar los cuentos fáciles, de final sencillo y feliz, pero las personas más valiosas de tu vida serán aquellas que se paren a escuchar y entender tus cuentos difíciles. Yo tampoco entiendo porque han pegado a tu amigo Carlos, pero seguro que pronto se pondrá bien. Mi niña hay cosas que por mucho que quieras no se pueden entender. ¿Por qué no le escribes a tu amigo un cuento fácil? así cuendo esté mejor se lo llevamos, seguro que le va a encantar.
- Si papi le voy a escribir el cuento más fácil y bonito del mundo.
- Qué te pasa? – Le dijo su padre.
- No es nada, no es nada, estoy bien, – contestó la niña yendo corriendo a su habitación.
Pero el padre no se quedó contento con la respuesta y preocupado por su niña, fue a su cuarto a preguntrle.
- ¿Qué tienes? ¿algo te preocupa?, le preguntó el padre.
- Que no es nada, solo quiero estar sola.
El padre reflexionó unos segundos por la respuesta de su hija y de nuevo le habló:
- ¿Puedo hablar contigo? Es que necesito un consejo tuyo.
La niña, al escuchar aquellas palabras sin saber bien cómo reaccionar ante tal petición, se sentó en su cama y miró a su padre.
Entonces el le dijo:
- Verás, necesito contarle un cuento a tu hermano pequeño para que se duerma y ya se sabe todos, no sé cual contar, ¿Podrías decirme tú uno que pudiera gustarle?
La niña tratando de demostrar normalidad le dijo a su padre con seriedad.
- No sé, cuéntale un cuento FACIL, seguro que le gustará, dijo la niña con la voz derrotada.
- ¿Uno fácil? Uno… ¿fácil? – volvió a repetir su padre. intentando entender a su niña.
- Si, uno fácil, léele un cuento fácil, – dijo la hija.
El padre se quedó meditando y sin llegar a comprender lo que su hija pedía no tuvo más remedio que decirle:
- ¿Y cuál podría ser para ti un cuento fácil?
Y la niña como si le fuera a dar una lección a su padre, sentada en su cama y con los ojos aún enrojecidos, cruzó los brazos en actitud de adulto y le explicó a su padre:
- Pues por ejemplo un cuento en el que dos conejitos van al campo con su mamá y uno se escapa y entonces le buscan por todo el bosque y al final le encuentran, estaba comiendo moras, pero cuando vio la cara de susto de su mamá le pidió perdón y prometió no volver a hacerlo y se fueron todos juntos felices a su casa.
El papá miro a su niña con asombro, no solo acababa de inventarse un cuento bonito sino que además el mensaje era educativo. Pero confuso aún por el título que le había puesto le dijo a su niña:
- ¿Y por qué a ese cuento le llamas el cuento fácil?
La niña sin demostrar ni un ápice de sorpresa por la pregunta le dijo a su padre:
- Pues porque es un cuento fácil ¿no lo ves?. Es un cuento feliz, sencillo de contar y de entender, seguro que le gustará y se dormirá enseguida.
Y su padre, intrigado por tal respuesta se atrevió a preguntarle de nuevo a su niña.
- No lo entiendo bien, si ese es un cuento fácil, entonces ¿cuál podría ser un cuento difícil?.
- Es que ahora no puedo contarte un cuento difícil, no puedo papi, y con los ojos llorosos, calló y bajó la mirada sin decir nada más.
Su padre, al comprender que algo le pasaba a su niña, le dijo así:
-Mira mi niña, antes de ir a contarle ese cuento fácil que me has dicho a tu hermano, ¿por qué no me cuentas ahora un cuento difícil?
La niña se quedó pensativa unos segundos y habló de esta manera:
- Esta mañana en el cole no estaba mi amigo Carlos que se sienta a mi lado siempre, porque unos chicos más mayores le pararon en la calle, le pidieron el reloj y como no quería dárselo le han pegado y está muy mal en el hospital, y yo… no entiendo papi.
El padre con la voz entrecortada por lo que estaba escuchando le dijo:
- Mi niña y ¿por qué no me han contado esto nada más llegar?
- Porque las tristezas, el dolor o las cosas que no terminan bien, me dan miedo, no me gustan, son cuentos difíciles de contar papi, – dijo la niña rompiendo a llorar y sintiéndose aliviada al descargar la verdad de sus emocionados ojos en la dulce mirada de su padre.
Entonces el padre abrazó con fuerza a su niña y compartió unos minutos el llanto, luego mirándole a los ojos le dijo:
- Mira, cuando seas más mayor me gustaría que recordaras este consejo que te doy ahora, ¿vale?.
-¿Qué consejo es ese papá?, dijo la niña buscando la ternura en la mirada de su padre.
Esta vida, a veces, es como una colección de cuentos infantiles, todos queremos siempre escuchar los cuentos fáciles, de final sencillo y feliz, pero las personas más valiosas de tu vida serán aquellas que se paren a escuchar y entender tus cuentos difíciles. Yo tampoco entiendo porque han pegado a tu amigo Carlos, pero seguro que pronto se pondrá bien. Mi niña hay cosas que por mucho que quieras no se pueden entender. ¿Por qué no le escribes a tu amigo un cuento fácil? así cuendo esté mejor se lo llevamos, seguro que le va a encantar.
- Si papi le voy a escribir el cuento más fácil y bonito del mundo.
TUS HIJOS
Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no pueden visitar
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.
USEN PROTECTOR SOLAR
Usen protector solar.
Si pudiera ofrecerles un solo consejo para el futuro, sería el uso del filtro solar. Sus beneficios a largo plazo se han demostrado científicamente, El resto de mis consejos están basados sólo en mi propia experiencia. Se los daré ahora.
Disfruta del poder y la belleza de tu juventud. No importa…
Nunca entenderás el poder de la belleza de tu juventud hasta que se haya ido. Pero creeme, en 20 años verás atrás a través de las fotos y comprenderás de una forma que no puedes hacerlo ahora cuantas posibilidades se te abrieron y lo fabuloso que te veías. No estás tan gordo como piensas.
No te preocupes por el futuro. O preocúpate, pero debes saber que preocuparse es tan efectivo como tratar de resolver una ecuación de algebra mientras masticas goma de mascar. Los problemas que realmente son importantes en tu vida nunca pasarán por tu mente, tipo aquellos que no se te ocurrirían a las 4 de la tarde de un martes sin nada que hacer.
Haz todos los días algo que te asuste. Canta. No trates los sentimientos de los demás de forma irresponsable. No toleres a aquellos que tratan irresponsablemente tus sentimientos.
Relájate. No pierdas tu tiempo en celos. A veces ganarás, a veces perderás. La carrera es larga y al final tienes que contar contigo mismo.
Recuerda los halagos que recibes. Olvida los insultos. (Si alguien logra tener éxito haciendo esto, que me diga como). Guarda tus viejas cartas de amor. Deshazte de tus viejos estados de cuenta bancarios. Estírate.
No te sientas culpable si no sabes que hacer con tu vida. Las personas más interesantes que he conocido, no sabían a los 22 que hacer con sus vidas. Algunas de las personas más interesantes de 40 años que conozco aún no saben que hacer.
Consume bastante calcio. Se amable con tus rodillas. Sentirás su falta cuando no te funcionen más.
Tal vez te casarás, tal vez no. Tal vez tendrás hijos, tal vez no.
Tal vez te divorcies a los 40.
Tal vez bailes la danza del pollo en tu 75 aniversario de bodas.
No importa lo que hagas, no te enorgullezcas demasiado, ni te critiques tanto. Tus opciones tienen 50% de ser acertadas, como la de todos los demás.
Tal vez te divorcies a los 40.
Tal vez bailes la danza del pollo en tu 75 aniversario de bodas.
No importa lo que hagas, no te enorgullezcas demasiado, ni te critiques tanto. Tus opciones tienen 50% de ser acertadas, como la de todos los demás.
Disfruta tu cuerpo.
Usalo de todas las formas que puedas.
No temas lo que otras personas piensen.
Es el más grande instrumento que tendrás jamas.
Usalo de todas las formas que puedas.
No temas lo que otras personas piensen.
Es el más grande instrumento que tendrás jamas.
Baila, Aún si el único lugar que tengas para hacerlo sea tu sala.
Lee todas las indicaciones, aún si no las sigues. No leas revistas de belleza. Sólo te harán sentir feo(a).
Conoce a tus padres. No sabes la falta que te harán cuando ya no estén. Se amable con tus hermanos. Ellos son tu mejor enlace con tu pasado, y las personas que más estarán contigo en el futuro. Entiende que los amigos van y vienen, pero hay un puñado de ellos que debes cuidar con cariño.
Trabaja duro para superar los obstáculos geográficos y los de la vida, porque cuando más viejo te pongas, más necesitarás a las personas que conociste en tu juventud.
Vive en Nueva York alguna vez.
Pero múdate antes que te vuelvas muy duro.
Pero múdate antes que te vuelvas muy duro.
Vive en California del Norte alguna vez.
Pero múdate antes que te vuelvas muy suave.
Pero múdate antes que te vuelvas muy suave.
Viaja.
Acepta que hay ciertas verdades eternas. Los precios van a subir, los políticos son mujeriegos, y tú también vas a envejecer. Y cuando haya sucedido, vas a fantasear que cuando eras joven, los precios eran razonables, los políticos eran nobles y los niños respetaban a sus mayores. Respeta a tus mayores.
No esperes que alguien te ayude. Tal vez tengas un fondo fiduciario. Tal vez tengas un(a) esposo(a) rica. Pero nunca sabrás cuando puede desaparecer.
No arruines mucho tu cabello, o con el tiempo cuando tengas 40, parecerás de 85.
Se cuidadoso con los consejos que recibes. Pero se paciente con los que te los dan. Aconsejar es una forma de nostalgia. Darlos es una manera de pescar el pasado, limpiarlo, esconder las partes feas y reciclarlo por un precio mayor del que vale.
Pero confía en mí en lo del protector solar….
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