Una Navidad muy diferente
Carta al Niño Jesús
Cuando era niña, mi madre me inculcó la costumbre de que
cada año le escribiera una carta a Santa Claus para pedirle las cosas que
quería me trajera en este tan esperado día.
Desde luego, todo estaba condicionado a la conducta que
yo observara durante un año, y mi madre, siempre pendiente de todo, me
"leía la cartilla" recordándome las travesuras cometidas durante 365
días. Por lo tanto, los regalos pedidos, ya no serían los mismos. Sin embargo,
la esperanza no moría en mi corazón y esa tan especial carta terminaba
colocándola debajo de mi hamaca, para que yopudiera ver cómo era en realidad el
esperado personaje. Nunca lo pude conocer porque, según mamá, me quedaba
dormida cuando él llegaba y le daba pena despertarme.
Mi emoción por escribir era doble: una porque era la
única ocasión en que escribía una carta y se la mandaba a alguien, y dos porque
en ella volcaba toda mi ilusión de pedir lo que, sin saberlo, nuca llegaría a
mis manos. Al día siguiente, no podía controlar la emoción de ver si todo lo
pedido había llegado. No puedo decir que me sentía desilusionada por lo que
"Santa Claus" me había traído, sino que no entendía el porque, si yo
pedí un "juego de té" de los grandes, había uno chiquito en su lugar.
En fin, resignada, aceptaba tan maravilloso regalo,
prometiéndome a mí misma que durante todo el año venidero me portaría mejor,
para que me trajera lo que pidiera y pudiera conocer al portador de dichos
obsequios.
Han pasado ya muchos años de esta maravillosa etapa de mi
vida, no exenta de carencias económicas, pero sí llena de momentos felices; con
el paso del tiempo, la realidad se empezó a hacer patente y mi personaje
favorito cambió de rostro, de un hombre gordo y bonachón, a un niño recién
nacido. Hoy mi pedido de regalos ya no lo hago por medio de cartas, ni siquiera
por computadora, menos por Internet, no lo necesito, pues los pedidos los hago
con el corazón y llegan más rápido y seguro: mi Cristo Jesús no necesita de
estas modernidades para que me escuche en el momento en que se lo pido y el
mensaje, además, llega con entrega inmediata.
Todas las Navidades son especiales, pero ésta en lo
personal será muy diferente pues algunos de mis amores no estarán conmigo; no
voy a disfrutar ni gozar de su presencia, pero tengo impregnada su esencia y
eso me reconfortará mucho más, sobre todo ahora que es la primera vez que
pasaré las fiestas decembrinas sin una de mis hijas, le ha tocado alzar el
vuelo e iniciar su propia vida y, aunque me queda muy claro que esta
experiencia tenía que vivirla algún día, me duele mucho, pues todavía no me
acostumbro a no tenerla conmigo. Esta y algunas otras razones me han hecho
recordar cuando escribía mis cartas, pues si la emoción me embargaba en aquel
entonces, ahora mucho más, cuando los sentimientos se encuentran, no hay
palabras para describir lo que se siente en el corazón. Por eso esta Navidad
para mí será diferente y quiero pedirle, ya no a "Santa Claus", sino
a mi Niño Jesús lo que me gustaría para este 24 de diciembre:"Mi Niño Jesús,
en esta Navidad quiero pedirte que me ayudes a ser cada día una mejor
compañera, esposa, madre, amiga, en fin una mejor persona, para ser digna de
ti, y poder proyectarlo a los seres que conviven conmigo en cualquier lugar y
en cualquier circunstancia.
"Acrecienta en mí la tolerancia, la paciencia, la
solidaridad, la honestidad, la sinceridad, la alegría y el entusiasmo, el amor
y la ternura, para poder compartirlo con la gente que me rodea.
"Permíteme ver más allá de lo que mis ojos pueden
ver, sobre todo, cuando un niño se acerca a mí y ver en él tu rostro cuando
sonríe.
"Te pido también por mis hijos (sobre todo por la
que en estos momentos está lejos de mí) para que los cuides, los protejas y los
guíes, más aún en los momentos difíciles que la vida les tiene reservados, y
acreciéntales el amor que sienten por ti, que eres la vida misma.
"Quiero pedirte por las autoridades que dirigen a mí
país y a mí Estado para que impere en ellos el compromiso de ser democráticos,
justos, honestos y competentes, para que el rostro de la miseria que asomó
después del huracán "Isidoro" desaparezca, dando lugar al bienestar y
al desarrollo, pues eso redundaría en beneficio para mis conciudadanos y así
habría menos gente desempleada.
"Después de lo que se vivió (con el ciclón) danos,
sobre todo a los que todavía no recuperan lo perdido, la esperanza, la fe y la
confianza de que las cosas serán mucho mejor que antes, más aún si confían en
ti.
"Que en todas las familias, no sólo de aquí, sino de
todo el mundo, reine el respeto, el cariño, la confianza y el amor, para que se
acaben las violencias, los llantos y las tristezas, y ser lo más parecido a esa
Sagrada Familia en la cual tú te encuentras ahora, acompañado de tus Santísimos
padres.
"También quiero pedirte, niñito Jesús, que estés
siempre junto a los niños que al igual que tú, quieren jugar, correr, brincar,
saltar, pero por cosas del destino sufren de alguna discapacidad que les impide
hacerlo. Enséñales que estando contigo, no hay imposibles.
"Y para no alargar mucho esta carta, pues sé que
tienes mucho que hacer, a pesar de ser tan pequeñito, quiero pedirte, mi Niño
Jesús, abusando de tu bondad, que seas tú el portador de un abrazo muy fuerte a
todas mis amigas que por motivos ajenos a mi voluntad no podré darles, diles
que las quiero mucho y que espero que no pase mucho tiempo para dárselos
personalmente, si tú así lo tienes dispuesto.
"Estoy convencida de que mi manera de ser y la
conducta que yo observe tiene mucho que ver para que me concedas todo lo que te
pedí. Sé que debo ser una digna hija y hermana tuya, congruente entre lo que
digo y hago en este largo caminar por la vida y en mi trato con las personas
que me rodean, y en eso se centra mi búsqueda constante. Sin embargo, cuando no
esté siendo honesta y sincera ni conmigo ni con los demás, por favor
"léeme mi cartilla", como cuando era niña, pues mi madre todavía se
encarga de hacerlo ahora que soy grande. Por todas tus bendiciones
¡Gracias!"
P.D. por esta ocasión, esta carta no la voy a poner
debajo de mi hamaca, sino junto a tu cunita, pero no para que no se te olvide
lo que te pido, sino para que yo recuerde siempre lo mucho que me das".
Y para todos y cada uno de los seres que amo (esa palabra
me enseño mi madre para expresar mi cariño) y para los que me hacen el favor de
leer este artículo, les deseo de todo corazón que pasen una muy: ¡Feliz
Navidad!