Bienvenidos a este bello espacio donde encontras muchas reflexiones, flores, rosas, arreglos florales y mucha paz
jueves, 5 de marzo de 2015
rosas rosa
lunes, 23 de febrero de 2015
TODO LLEGA A SU TIEMPO
La vida hay que aprender a vivirla.
Entregarse a ella, saborearla, sentirla. Con todas sus
alegrías, con todas sus tristezas, pero con mucho amor.
La magia está en nosotros. En esa energía que decidimos
darle a las cosas, en ese modo en que percibimos nuestra realidad.
Porque algunas cosas simplemente no las podemos cambiar,
debemos aprender a vivir con ellas. Forman parte de nuestra evolución.
Hay que verlas con los ojos del alma, fluir con ellas tal
como son.
Entonces hay que estar relajados.
Y cuando aquietamos nuestros pensamientos, conectamos con
nuestro interior.
Comprendemos que no estamos solos.
Desde siempre hemos sido guiados por fuerzas maravillosas
y poderosas desde otra dimensión espiritual, desde nuestro verdadero hogar.
La confianza nos libera en este Universo en donde todo
conspira para que seamos lo que debemos ser para que lleguemos a donde debemos
llegar.
Hemos de bailar la danza de la vida, en paz.
Entonces cuando ya estemos listos habremos de encontrar
ese camino de regreso a nuestro origen. El camino de regreso a nuestra verdad.
Serenos, llenos de paz, despiertos.
Se enciende la Luz y vemos la realidad
Nosotros somos espíritus viviendo una experiencia humana,
nuestro verdadero ser es todo amor.
Pero todo llega… a su debido tiempo.
UNA MADRE NO ES ...
Una madre no es un buzón,
pero puede traerte buenas nuevas.
Una madre no es una caja de seguridad, pero puede guardar un secreto.
Una madre no es un buzón,
pero puede traerte buenas nuevas.
Una madre no es una caja de seguridad,
pero puede guardar un secreto.
Una madre no es un cofre,
pero en ella puedes descubrir un tesoro.
Una madre no es una caja fuerte,
pero puede protegerte de los ladrones.
Una madre no es un arma,
pero puede protegerte de muchos peligros.
Una madre no es un semáforo,
pero te puede evitar muchos choques.
Una madre no es un árbol,
pero bajo
su sombra uno se puede sentir bien cómodo.
Una madre no es una mascota,
pero puede hacerte unos mimos espectaculares.
Una madre no es una autopista,
pero te puede guiar por el mejor camino.
Una madre no es un auto,
pero te puede llevar a muchos lados.
pero puede endulzarte la vida.
Una madre no es un café, pero te puede
acompañar mientras
esperas ese resultado.
Una madre no es un té,
pero puede entibiar la vida.
Una madre no es horno de microondas,
pero puede recalentarte la comida
después de esperarte hasta las 3 de la mañana.
Una madre no es una lavadora,
pero muchas veces te salva lavándote la ropa
5 minutos antes de que te la pongas.
Una madre es un tesoro.
un regalo de Dios!.
LAS MANOS DE MI MADRE
"¿Fue tu padre quien pagó tu colegiatura? "
" Mi padre murió cuando yo tenía un año de edad, fue
mi madre la que pagó. "-respondió.
"¿Dónde trabaja tu madre? "
"Mi madre trabajaba lavando ropa."
El director pidió al joven que le mostrara sus manos . El
joven mostró un par de manos suaves y perfectas.
"¿Alguna vez has ayudado a tu madre a lavar la ropa?
"
"Nunca, mi madre siempre quiso que estudiara y
leyera más libros. Además, mi madre puede lavar la ropa más rápido que yo.
El director dijo: "Tengo una petición: cuando vayas
a casa hoy, ve y lava las manos de tu madre, y luego ven a verme mañana por la
mañana."
El joven sintió que su oportunidad de conseguir el
trabajo era alta. Cuando regresó a su casa le pidió a su madre que le
permitiera lavar sus manos. Su madre se sintió extraña, feliz pero con
sentimientos encontrados y mostró sus manos a su hijo.
El joven lavó las manos de su madre poco a poco. Rodó una
lágrima al hacerlo. Era la primera vez que se daba cuenta de que las manos de
su madre estaban tan arrugadas y tenían tantos moratones. Algunos hematomas
eran tan dolorosos que su madre se estremeció cuando él la tocó.
Esta fue la primera vez que el joven se dio cuenta de lo
que significaban este par de manos que lavaban la ropa todos los días para
poder pagar su colegiatura. Los moretones en las manos de la madre eran el
precio que tuvo que pagar por su educación, sus actividades de la escuela y su
futuro.
Después de limpiar las manos de su madre, el joven se
puso a lavar en silencio toda la ropa que faltaba.
Esa noche, madre e hijo hablaron durante un largo tiempo.
A la mañana siguiente, el joven fue a la oficina del
director.
El director se dio cuenta de las lágrimas en los ojos del
joven cuando le preguntó: "¿Puedes decirme qué has hecho y aprendido ayer
en tu casa?"
El joven respondió: "lavé las manos de mi madre y
también terminé de lavar toda la ropa que quedaba"
"Ahora sé lo que es apreciar, reconocer. Sin mi
madre, yo no sería quien soy hoy. Al ayudar a mi madre ahora me doy cuenta de
lo difícil y duro que es conseguir hacer algo por mi cuenta. He llegado a
apreciar la importancia y el valor de ayudar a la familia.
El director dijo: "Esto es lo que yo busco en un
gerente. Quiero contratar a una persona que pueda apreciar la ayuda de los
demás, una persona que conoce los sufrimientos de los demás para hacer las
cosas, y una persona que no ponga el dinero como su única meta en la
vida". "Estás contratado".
Un niño que ha sido protegido y habitualmente se le ha
dado lo que él quiere, desarrolla una "mentalidad de tengo derecho" y
siempre se pone a sí mismo en primer lugar. Ignoraría los esfuerzos de sus
padres. Si somos este tipo de padres protectores ¿realmente estamos demostrando
el amor o estamos destruyendo a nuestros hijos?
Puedes dar a tu hijo una casa grande, buena comida,
clases de piano, ver en una gran pantalla de televisión. Pero cuando estás
cortando el césped, por favor que también lo experimente. Después de comer que
lave sus platos junto con sus hermanos y hermanas. No es porque no tengas
dinero para contratar quien lo haga, es porque quieres amarlos de la manera
correcta. No importa cuán rico seas, lo que quieres es que entienda. Un día tu
pelo tendrá canas, igual que la madre de ese joven. Lo más importante es que tu
hijo aprenda a apreciar el esfuerzo y tenga la experiencia de la dificultad y
aprenda la habilidad de trabajar con los demás para hacer las cosas."
¡Cuídate!
Desconozco el autor
CARTA DE UNA MADRE
Si cuando hablamos, repito lo mismo mil veces, no me
interrumpas para decirme “eso ya me lo contaste” solamente escúchame por favor.
Trata de recordar los tiempos en que eras niña y yo te leía la misma historia,
noche tras noche hasta que te quedabas dormida. Cuando no me quiera bañar, no
me regañes y por favor no trates de avergonzarme, solamente recuerda las veces
que yo tuve que perseguirte con miles de excusas para que te bañaras cuando
eras niña. Cuando veas mi ignorancia ante la nueva tecnología, dame el tiempo
necesario para aprender, y por favor no hagas esos ojos ni esas caras de
desesperada. Recuerda mi querida, que yo te enseñé a hacer muchas cosas como
comer apropiadamente, vestirte y peinarte por ti misma y como confrontar y
lidiar con la vida.
El día que notes que me estoy volviendo vieja, por favor,
ten paciencia conmigo y sobre todo trata de entenderme. Si ocasionalmente
pierdo la memoria o el hilo de la conversación, dame el tiempo necesario para
recordar y si no puedo, no te pongas nerviosa, impaciente o arrogante.
Solamente ten presente en tu corazón que lo más importante para mí es estar
contigo y que me escuches. Y cuando mis cansadas y viejas piernas, no me dejen
caminar como antes, dame tu mano, de la misma manera que yo te las ofrecí
cuando diste tus primero pasos.
Cuando estos días vengan, no te debes sentir triste o
incompetente de verme así, sólo te pido que estés conmigo, que trates de
entenderme y ayudarme mientras llego al final de mi vida con amor. Y con gran
cariño por el regalo de tiempo y vida, que tuvimos la dicha de compartir
juntas, te lo agradeceré.
Con una enorme sonrisa y con el inmenso amor que siempre
te he tenido, sólo quiero decirte que te amo, mi querida hija.
Dios los bendiga.
EL VUELO DEL HALCON
Pasados unos meses, el maestro le informó al rey que uno
de los halcones estaba perfectamente, pero que al otro no sabía qué le sucedía:
no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día que llegó.
El rey mandó llamar a todo tipo de personas para que
vieran al halcón, pero nadie pudo hacerlo volar.
Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero
nada sucedió.
Al día siguiente, por la ventana el monarca pudo observar
que el ave aún continuaba inmóvil.
Entonces decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una
recompensa a la persona que hiciera volar al halcón.
A la mañana siguiente vio al halcón volando ágilmente por
los jardines.
El rey le dijo a su corte, "Traedme al autor de ese
milagro". Su corte rápidamente le presentó a un campesino.
El rey le preguntó:
- ¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres
mago?
Intimidado el campesino le dijo al rey:
- Fue fácil mi rey. Sólo corte la rama y el halcón voló.
- Se dio cuenta que tenía alas y se largó a volar.
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¿A qué estás agarrado que te impide volar? ¿De qué no te
puedes soltar?
Deja de aferrarte a tu propia rama... Vuela alto y lucha
por tus sueños !...
viernes, 20 de febrero de 2015
CUANDO ME VOLVI INVISIBLE
Todas las cosas antiguas han ido desapareciendo. Y yo
también me fui borrando sin que nadie se diera cuenta.
Primero me cambiaron de alcoba, pues la familia creció.
Después me pasaron a otra más pequeña aun acompañada de
mis bisnietas. Ahora ocupo el desván, el que está en el patio de atrás.
Prometieron cambiarle el vidrio roto de la ventana, pero
se les olvidó, y todas las noches por allí se cuela un airecito helado que
aumenta mis dolores reumáticos.
La otra tarde caí en cuenta que mi voz también ha
desaparecido.
Cuando les hablo a mis nietos o a mis hijos no me
contestan.
Todos hablan sin mirarme, como si yo no estuviera con
ellos, escuchando atenta lo que dicen. A veces intervengo en la conversación,
segura de que lo que voy a decirles no se le ha ocurrido a ninguno, y de qué
les va a servir de mucho mis consejos. Pero no me oyen, no me miran, no me
responden.
Entonces llena de tristeza me retiro a mi cuarto antes de
terminar de tomar mi taza de café. Lo hago así, de pronto, para que comprendan
que estoy enojada, para que se den cuenta que me han ofendido y vengan a
buscarme y me pidan perdón... Pero nadie viene.
Fue entonces cuando me convencí de que soy invisible, me
paro en medio de la sala para ver si aunque sea estorbo, me miran, pero mi hija
sigue barriendo sin tocarme, los niños corren a mi alrededor, de uno a otro
lado, sin tropezar conmigo.
Cuando mi yerno se enfermó, pensé tener la oportunidad de
serle útil, le lleve un te especial que yo misma preparé. Se lo puse en la
mesita y me senté a esperar que se lo tomara, sólo que estaba viendo televisión
y ni un parpadeo me indicó que se daba cuenta de mi presencia. El té poco a
poco se fue enfriando... y mi corazón con él.
Un día se alborotaron los niños, y me vinieron a decir
que al día siguiente nos iríamos todos de día de campo. Me puse muy contenta.
¡Hacía tanto tiempo que no salía y menos al campo!
El sábado fui la primera en levantarme. Quise arreglar
las cosas con calma. Los viejos nos tardamos mucho en hacer cualquier cosa, así
que me tomé mi tiempo para no retrasarlos. Al rato entraban y salían de la casa
corriendo y echaban las bolsas y juguetes al carro.
Yo ya estaba lista y muy alegre, me paré en el zaguán a
esperarlos. Cuando arrancaron y el auto desapareció envuelto en bullicio,
comprendí que yo no estaba invitada, tal vez porque no cabía en el auto. O
porque mis pasos tan lentos impedirían que todos los demás corretearan a su
gusto por el bosque. Sentí claramente cómo mi corazón se encogía, la barbilla
me temblaba como cuando uno se aguanta las ganas de llorar.
Yo los entiendo, ellos sí hacen cosas importantes. Ríen,
gritan, sueñan, lloran, se abrazan, se besan. Y yo, ya no sé a que saben los
besos. Antes besuqueaba a los chiquitos, era un gusto enorme el que me daba
tenerlos en mis brazos, como ramitas nuevas que habían salido de este viejo
tronco en que me he convertido. Sentí su piel tiernita y su respiración dulzona
muy cerca de mí. La vida nueva se me metía como un soplo y hasta me daba por
cantar canciones de cuna que nunca creí recordar.
Pero un día mi nieta Laura, que acababa de tener un bebé,
dijo que no era bueno que los ancianos besaran a los niños, por cuestiones de
salud. Desde entonces ya no me acerqué más a ellos, no fuera que les pasara
algo malo por mis imprudencias. ¡Tengo tanto miedo de contagiarlos!
Yo les bendigo a todos y les perdono, porque ¿Qué culpa
tienen ellos de que yo me haya vuelto tan inservible?
'''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''
Ésto pasa muchas veces en nuestro medio.
¿Cuántas veces ignoro lo que dice mi padre anciano o mi
abuelo?
"¡¡Ya está viejo, que sabe, éstos son otros
tiempos"
RECUERDA que ellos también fueron bebés, niños, jóvenes,
adultos llenos de vida, ilusiones, fuerza...
RECUERDA que sus manos, antes fuertes, te dieron el apoyo
que hoy tu les niegas... que su voz firme habló por ti cuando tú no sabías
decir lo que necesitabas... que sus palabras te dieron muchas veces el consuelo
que hoy tú les niegas... que pusieron toda la atención a las primeras palabras
que dijiste, palabras casi incomprensibles... y hoy no les escuchas porque
dicen "puras tonterías".
Los ancianos que te rodean, en la familia, trabajo o en
cualquier otro lugar fueron lo que tú has sido, lo que eres... Y LO QUE SERÁS.
¿Por qué no recordar que la vida suele ser como un
espejo... devolviéndote lo que le das?
Amar, cuidar y RESPETAR a los ancianos... no hacerlos
sentir invisibles, es un acto de justicia.
Han caminado mucho para llegar a donde están, han
sufrido, han llorado, han perdido, han "hecho camino al andar"... no
pisoteemos sus veredas, mejor aprendamos de ellas.
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