https://eljardindelassreflexiones.blogspot.com/2020/05/prueba.html EL JARDIN DE LAS REFLEXIONES

miércoles, 24 de junio de 2015

ACTITUD POSITIVA

Sólo quién programa su vida con optimismo, logrará alcanzar sus metas.
El desarrollo de una actitud mental positiva es fundamental para alcanzar el éxito.

La diferencia entre el éxito y el fracaso no es más que la postura que asumimos frente a las situaciones que la vida nos presenta, a la capacidad de autoestima que tengamos y a la forma como nos relacionemos positivamente con los demás.

Descubre los diez mandamientos de la actitud mental positiva y aprende a reprogramar tu mente subconsciente, con principios y actitudes que harán de ti una persona de éxito. Éste no depende de la suerte; depende de nuestra actitud ante la vida y es en nuestras manos donde podemos encontrar la solución.

Actitud Mental Positiva es lo que define al ser humano avanzado, ya que la mente es tan poderosa que puede lograr todo lo que uno se propone; el optimismo es excelente y de gran ayuda para las personas que son altamente negativas. Lo recomiendo.

Los Diez Mandamientos de la Actitud Mental Positiva.
a) No juzgar nunca el día por el clima.
b) Cambiar la manera como empezamos el día.
c) No permitir que lo que está fuera de nuestro alcance, influya en nuestras decisiones.
d) Protegernos de los mensajes negativos.
e) Cuidar la manera como nos expresamos de los demás y de nosotros mismos.
f) Cambiar la manera de saludar a los demás.
g) Desarrollar una visión clara de nuestras metas.
h) No perder nunca nuestra admiración por la belleza del universo.
i) Apreciar y dar gracias por aquello que poseemos, por nuestras experiencias y habilidades.
j) Tener grandes expectativas de nuestro día, nuestras actividades y de las demás personas.

Una actitud mental positiva no te convertirá en el más rápido, el más inteligente, o el más fuerte. Tampoco eliminará todos los problemas, pero sí te permitirá aprovechar al máximo tu potencial y obtener los mejores resultados. Ella no sólo te permitirá utilizar más eficazmente tus habilidades sino que también te ayudará a evitar aquellas cosas sobre las que no tienes ningún control y que te afectan negativamente.

A CIERTA EDAD

Dicen que a cierta edad las personas nos hacemos invisibles, que nuestro protagonismo en la escena de la vida declina y que nos volvemos inexistentes para un mundo en el que sólo cabe el ímpetu de los años muy jóvenes, las figuras delgadas y espectaculares...

Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo...
Es muy probable, pero nunca fui tan consciente de mi existencia como ahora, nunca me sentí tan protagonista de mi vida, y nunca disfruté tanto de cada momento de mi existencia.

Descubrí que no soy un príncipe de cuento de hadas. (¡¡Por suerte!! debe ser muy aburrido)
Descubrí al ser humano que sencillamente soy, con sus miserias y sus grandezas.
Descubrí que puedo permitirme el lujo de no ser perfecto, de estar lleno de defectos, de tener debilidades, de equivocarme, de hacer cosas indebidas, de no responder a las expectativas de los demás.

Y a pesar de ello.... ¡quererme mucho!

Cuando me miro al espejo ya no busco al que fui... Sonrío al que soy...
Celebro la posibilidad de elegir, a cada instante quien quiero SER,
me alegro del camino andado, de la experiencia que me dieron estos años.

Asumo mis contradicciones. Valoro lo recorrido.
Tan mal no me fue... ¡Estoy acá!
¡Qué bien vivir sin la obsesión de la perfección!
Después de todo cuando decidí, que no quería la perfección, comencé a accionar y a alcanzar objetivos, como bajar esos casi 45 kilos que tanto pesaban en mi vida!

¡Qué bien no sentir ese desasosiego permanente que produce correr permanentemente buscando que todos te quieran!

¡¡¡Qué bueno está empezar a quererse y respetarse uno!!!

¡Qué maravilloso reconocer que la felicidad está tan cerca nuestro, tan relacionada con nuestras búsquedas y nuestros mágicos encuentros interiores!


¡Qué suerte haber comprendido que la magia y el poder no están en el afuera, sino en mí!

ACOSTUMBRADOS

Nos acostumbramos a vivir en departamentos y a no tener otra vista que no sea las ventanas de alrededor.
Y porque no tiene vista, luego nos acostumbramos a no mirar para  afuera.
Y porque no miramos para afuera, luego nos acostumbramos a no abrir  del todo las cortinas.
Y porque no abrimos del todo las cortinas luego nos acostumbramos a encender más temprano la luz.
Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud.

Nos acostumbramos a despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde.
A tomar café corriendo porque estamos atrasados.
A leer el diario en el ómnibus porque no podemos perder tiempo.
A comer un sándwich porque no da tiempo para almorzar.
A salir del trabajo porque ya es la noche.
A dormir en el ómnibus porque estamos cansados.
A cenar rápido y dormir pesados sin haber vivido el día.
Nos acostumbramos a esperar el día entero y oir en el teléfono: "hoy no puedo ir". "A ver cuando nos vemos" "La semana que viene nos juntamos".
A sonreir a las personas sin recibir una sonrisa de vuelta.
A ser ignorados cuando precisábamos tanto ser vistos.
Si el cine esta lleno nos sentamos en la primera fila y torcemos un  poco el cuello.
Si el trabajo esta complicado, nos consolamos pensando en el fin de  semana.
Y si el fin de semana no hay mucho que hacer, o andamos cortos de dinero, nos vamos a dormir temprano y listo, porque siempre tenemos sueño  atrasado.
Nos acostumbramos a ahorrar vida.
Que, de a poco, igual se gasta y que una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivir.
Alguien dijo alguna vez:
"LA MUERTE ESTA TAN SEGURA DE SU VICTORIA,
QUE NOS DA TODA UNA VIDA DE VENTAJA"
                                        

Disfrutemos!!

lunes, 8 de junio de 2015

ANTES QUE ELLOS CREZCAN

Hay un periodo cuando los padres quedan huérfanos de sus hijos.
Es que los niños crecen independientes de nosotros,
como arboles murmurantes y pajaros imprudentes.

Crecen sin pedir permiso a la vida.
Crecen con una estridencia alegre y, a veces, con alardeada arrogancia.
Pero no crecen todos los días, de igual manera, crecen de repente.

Un día se sientan cerca de tí en la terraza y te dicen una frase con tal naturalidad
que sientes que no puedes más ponerle pañales.

Donde quedaron la placita de jugar en la arena, las fiestitas de cumpleaños
con payasos y los juguetes preferidos?...

El niño crece en un ritual de obediencia orgánica y desobediencia civil.

Ahora estás allí, en la puerta de la discoteca, esperando que él
o ella no solo crezca,  sino aparezca.

Allí están muchos padres al volante, esperando
que salgan zumbando sobre patines y cabellos largos y sueltos.

Allá estan nuestros hijos, entre hamburguesas y gaseosas en las esquinas,
con el uniforme de su generación, e incómodas
mochilas de moda en los hombros.

Allí estamos, con los cabellos casi emblanquecidos.

Esos son los hijos que conseguimos generar y amar a pesar de los golpes,
de los vientos, de las cosechas, de las noticias,
y observando y aprendiendo con nuestros errores y aciertos.
Principalmente con los errores que esperamos que no repitan.

Hay un periodo en que los padres van quedando un
poco huerfanos de los propios hijos...
Ya no los buscaremos más de las puertas de las
discotecas y de las fiestas.

Pasó el tiempo del piano, el ballet, el inglés, natacion y el karate.
Salieron del asiento de atrás y pasaron al volante de sus propias vidas.

Deberíamos haber ido más junto a su cama al anochecer, para oir su alma
respirando conversaciones y confidencias entre las sábanas de la infancia..

Y a los adolescentes cubrecamas de aquellas piezas llenas de calcomanías,
posters, agendas coloridas y discos ensordecedores.

No los llevamos suficientemente al cine, a los juegos,
no les dimos suficientes hamburguesas y bebidas,
no les compramos todos los helados y ropas que nos hubiera gustado comprarles.

Ellos crecieron, sin que agotasemos con ellos todo nuestro afecto.

Al principio fueron al campo o fueron a la playa entre discusiones, galletitas,
congestionamiento, navidades, pascuas, piscinas y amigos..

Sí, había peleas dentro del auto, la pelea por la ventana , los pedidos
de chicles y reclamos sin fin.

Después llegó el tiempo en que viajar con los padres comenzó
 a ser un esfuerzo, un sufrimiento,
Los padres quedaban exiliados de los hijos.
"Tenían la soledad que siempre desearon", pero de
repente, morían de nostalgia de aquellas "pestes".

Llega el momento en que solo nos resta quedar mirando desde lejos, torciendo y
rezando mucho (en ese tiempo, si nos habiamos olvidado, recordamos cómo rezar)
para que escojan bien en la búsqueda de la felicidad, y que la
conquisten del modo más completo posible.

El secreto es esperar... En cualquier momento nos pueden dar nietos.
El nieto es la hora del cariño ocioso y picardía no ejercida en los
propios hijos, y que no puede morir con nosotros.

Por eso, los abuelos son tan desmesurados y
distribuyen tan incontrolable cariño.

Los nietos son la última oportunidad de reeditar nuestro afecto.
Así somos, solo aprendemos a ser hijos después que somos padres,

solo aprendemos a ser padres después que somos abuelos...

Quiero volver a confiar

Quiero volver a confiar
Adoro mi mundo simple y común.
Tener el amor, la caridad, la solidaridad como base.
La indignación delante de la falta de ética, moral, respeto, prepotencia e injusticia.


Fui criado con principios morales comunes cuando era niño: madres, padres, profesores, abuelos, tíos, vecinos eran autoridades dignas de respeto y consideración. Cuanto más próximos o más viejos, más afecto. Inimaginable responder maleducadamente a los más ancianos, ni a maestros o autoridades. Confiábamos en los adultos porque todos eran padres, madres o familiares de todos los chicos de la cuadra, del barrio, de la ciudad. Teníamos miedo apenas de lo oscuro, de los ratones, de películas de terror.

Hoy tengo una tristeza infinita por todo lo que hemos perdido, por todo lo que los niños un día temerán, por el miedo en la mirada de los niños, jóvenes, viejos y adultos.

Quiero sacar las rejas de mi ventana para tocar las flores.

Quiero sentarme en la vereda y tener la puerta abierta en las noches de verano.

Quiero la honestidad como motivo de orgullo.

Quiero la rectitud de carácter, la cara limpia y la mirada a los ojos.

Quiero la vergüenza y la solidaridad.

Quiero la esperanza, la alegría, la confianza, la fe.

Quiero callarle la boca a quien dice "a nivel de", al hablar de una persona. ¿Qué bien trae el "tener", si se pierde el ser"? ¡Y viva, sí, viva el retorno de la verdadera vida, simple como la lluvia, limpia como un cielo de abril, leve como la brisa de la mañana! Y definitivamente, común, como yo.

Adoro mi mundo simple y común. Tener el amor, la caridad, la solidaridad como base. La indignación delante de la falta de ética, de moral, de respeto, de prepotencia e injusticia.

¿Vamos a volver a ser "gente"? Tenemos una misión, única en nuestra sociedad actual: construir un mundo mejor, más justo, donde las personas respeten a las personas. ¿Utopía? No..., ¿sí?, ¿quién sabe?... Hoy es día para hacer el intento, es el día para marcar la diferencia.


P. Dennis Doren LC

EN LAS MANOS DE DIOS

Aunque me tapo los oídos con la almohada y gruño de rabia cuando suena el despertador... gracias a Dios que puedo oír...Hay muchos que son sordos.

Aunque cierro los ojos cuando, al despertar, el sol se mete en mi habitación... gracias a Dios que puedo ver... Hay muchos que son ciegos.

Aunque me pesa levantarme y pararme de la cama... gracias a Dios que tengo fuerzas para hacerlo... Hay muchos postrados que no pueden.

Aunque regaño porque no encuentro mis cosas porque los niños hicieron un desorden... gracias a Dios que tengo familia... Hay muchos solitarios.

Aunque la comida no estuvo buena y el desayuno fue peor... gracias a Dios que tengo alimentos... Hay muchos con hambre.

Aunque mi trabajo es monótono y rutinario... gracias a Dios que tengo ocupación... Hay muchos desempleados.


Aunque no estoy conforme con la vida, peleo conmigo mismo y tengo muchos motivos para quejarme... gracias a Dios por la vida.

LUTO CORAZON

No hay nada más difícil que despertar cada mañana recordando que quien tanto has amado ha muerto, que se ha ido para siempre. No sabes cómo enfrentar la soledad, no sabes qué pasará con tu vida, pues nunca te esperas que de la noche a la mañana puedas perder a quien tanto amas.

Luto por tu muerte, luto por tu marcha, luto por tu fallecimiento

“Éramos muy felices, nuestras charlas eran de grandes y pequeñas cosas, todo parecía tener importancia para ti, y así me lo transmitías. Tenías bondad para todo aquel que te necesitaba, hoy es muy triste saber que ya no estás. No sé cómo podré superar tu muerte, ni si podré lograrlo… Dicen que poco a poco se superan las etapas del luto, pero yo ahora sólo quiero llorar cuando te recuerdo.”

La experiencia que se vive tras la partida de alguien cercano y amado es algo muy complicado, y mucho más si no lo tenías previsto.

¿Pero quién es dueño de la vida? Sólo Dios.
Solamente Dios sabe el porqué de las cosas.

 Lo primero que te pasa por la cabeza es no aceptar el hecho de que ha fallecido. Crees que es un sueño, que mañana despertarás con la buena noticia de que está ahí, al otro lado de la línea de teléfono, dispuesto a hablar contigo para que no te preocupes más…

Es especialmente desolador cuando alguien muere y no has tenido tiempo de abrazarle, tiempo de despedirte y de decirle cuánto le amabas. Pero gracias a Dios, sientes el consuelo de que aunque no se lo pudiste decir del modo que lo harías ahora, ya se sabía amado por ti. Sabes, que aunque pudiese pasar mucho tiempo sin saber el uno del otro, había un fuerte lazo de amor que te llevaba a presentirlo aún sin verlo.

Hay luto en mi corazón. Me cuesta aceptar tu muerte, quiero creer que es un sueño, que mañana despertaré y tú estarás aquí. ¿Por qué te fuiste tan pronto? No me diste tiempo a decirte todo cuanto te amé.

 Después de aceptar que ya no está, que ha muerto, vienen las lágrimas ¡y muchas! El corazón se te cae a pedazos, no sabes cómo comenzar el día, cada vez es más fuerte el dolor y menor la comprensión de las personas que te rodean porque nadie puede entender que no importa lo vivido entre los dos, no hay consuelo posible.

Perder a un ser amado es muy duro, es casi cotidiano leer y escuchar sobre la muerte de otras personas, pero jamás piensa que un día llegue a ser algo tan cercano y personal. No hay un dolor más grande que el de perder a un ser amado, nada más duro que encontrarte llorando cada amanecer sin saber cómo detener las lágrimas. Tu pecho se oprime y los días se hacen cada vez más lentos y grises.


Pero los que somos cristianos sabemos que la muerte no es el último paso que daremos. Quien falleció está con nuestro Señor, y desde allí nos enviará toda su paz. Dios nos dará todo cuanto necesitemos, los que vivimos en el camino del Señor, sabemos y creemos en la vida eterna. Y esa es la esperanza que tenemos, que un día volveremos a verle y nuestro encuentro será mucho más lindo.

Hoy comprendo el dolor de la pérdida. Aún no logro aceptarlo, pero de a poco lograré caminar sabiendo que está sentado en la mesa del Señor, ¿qué gran privilegio, verdad?

Hoy sólo queda esperar que el tiempo haga lo suyo y traiga paz, porque mientras permanezca en nuestro corazón y mente, su marcha sólo habrá sido en cuerpo. Pues estará siempre en cada rosa del jardín, en cada copo de nieve que cae, en cada gota de lluvia que se pose sobre mí… siempre estará.

Cada vez que nombremos a esa persona seguro que estará mirando y deseando que estemos bien, que no le lloremos, pues estará en paz con Dios y mucho más con todos lo que amó…

Absorberemos el dolor pero también le daremos alas para que vuele en paz.


Dios nos cuide y de fuerzas ante la adversidad.