Tú, que eres un ser humano, eres mi milagro.
Y eres fuerte, capaz, inteligente y lleno de dones y
talentos.
Cuenta tus dones y talentos.
Entusiásmate con ellos. Reconócete. Encuéntrate. Acéptate.
Anímate.
Y piensa que, desde este momento, puedes cambiar tu vida
para bien, si te lo propones y te llenas de entusiasmo. Y sobre todo, si te das
cuenta de la felicidad que puedes conseguir con sólo desearlo. Eres mi creación
más grande. Eres mi milagro. No temas comenzar una nueva vida. No te lamentes
nunca. No te quejes. No te atormentes. No te deprimas. ¿Cómo puedes temer, si
eres mi milagro?
Estás dotado de poderes desconocidos para todas las
criaturas del universo. Eres único. Nadie es igual a ti. Sólo en ti está
aceptar el camino de la felicidad y enfrentarlo, y seguir siempre adelante
hasta el fin. Simplemente porque eres libre. En ti está el poder de no atarte a
las cosas. Las cosas no hacen la felicidad. Te hice perfecto para que
aprovecharas tu capacidad y no para que te destruyas con tonterías. Te di el
poder de pensar, te di el poder de amar, te di el poder de determinar, te di el
poder de reír, te di el poder de imaginar, te di el poder de crear, te di el
poder de planear, te di el poder de hablar, te di el poder de rezar... y te
situé por encima de los ángeles, cuando te di el poder de elección. Te di el
dominio de elegir tu propio destino usando tu voluntad. ¿Qué has hecho de estas
tremendas fuerzas que te di? No importa. De hoy en más, olvida tu pasado,
usando sabiamente ese poder de elección. Elige amar en lugar de odiar, elige
reír en lugar de llorar, elige actuar en lugar de aplazar, elige crecer en
lugar de consumirte, elige bendecir en lugar de blasfemar, elige vivir en lugar
de morir. Y aprende a sentir mi presencia en cada acto de tu vida. Crece cada
día un poco más en el optimismo de la esperanza. Deja atrás los miedos y los
sentimientos de derrota.
Yo estoy a tu lado siempre. Llámame, búscame, acuérdate de
mi. Vivo en ti desde siempre y siempre te estoy esperando para amarte. Si has
de venir hacia mi algún día... que sea hoy, en este momento. Cada instante que
vivas sin mi, es un instante infinito que pierdes de paz. Trata de volverte
niño, simple, inocente, generoso, dador, con capacidad de asombro y capacidad
para conmoverte ante la maravilla de sentirte humano, porque puedes conocer mi
amor, puedes sentir una lágrima, puedes comprender el dolor...
No te olvides que eres mi milagro. Que te quiero feliz, con
misericordia, con piedad, para que este mundo que transitas pueda acostumbrarse
a reír, siempre que tú aprendas a reír. Y si eres mi milagro, entonces usa tus
dones y cambia tu medio ambiente, contagiando esperanza y optimismo sin temor,
porque yo estoy a tu lado.
Con todo cariño,
Dios.