https://eljardindelassreflexiones.blogspot.com/2020/05/prueba.html EL JARDIN DE LAS REFLEXIONES

viernes, 18 de septiembre de 2015

CARTA DE UNA MADRE SOLTERA


Una joven de 19 años es abandonada por el papá de su bebé, al enterarse de que está embarazaba. Ella decide cambiar su vida de adolescente, para convertirse en toda una adulta. En el proceso descubre lo maravillosa que es su vida y le agradece a ese hombre. No podrás dejar de leer estas palabras. Admirable todas y cada una de las mamás que han vivido esta situación.
Sé que podría haberte enviado esto por correo electrónico o a través de una carta, pero también sé quién eres y me doy cuenta de que las posibilidades de que te des el tiempo para leer algo son muy pocas y prácticamente nulas. Sin embargo, sin importar si te das el tiempo para sentarte y leer esto o no, me gustaría darte las gracias. Gracias por todo lo que has hecho y gracias por todo lo que me has dado.
Ahora, si te conozco de la forma que creo hacerlo, probablemente te estás preguntando por qué te doy las gracias. Después de todo, me abandonaste ¿recuerdas? Pero eso es exactamente por lo que te agradezco. Al haberme abandonado de la forma que lo hiciste, me has dado muchas cosas. Déjame explicarlo.
La mayoría de las personas a los 19 años se divierten y viven su vida universitaria al máximo. Mis amigas hablaban de chicos con los que querían salir, fiestas en las que habían bailado con demasiadas personas y noches en las que bebían tanto que no recordaban nada después. Solía envidiarlas, solía tener celos.
Solía sentarme en mi cuarto los sábados en la noche, con 6 meses de embarazo, y te maldecía por haberme puesto en esta situación. Sabía que ibas a los bares, sabía que andabas por ahí embriagándote y juntándote con esa morena… Y por cierto, deberías saber que sé la razón verdadera por la cual no viniste al hospital a verme: estabas demasiado ocupado emborrachándote en una fiesta de Halloween.
Dejando eso de lado, he aceptado que hayas decidido no ser parte de la vida de nuestra hija después de haber estado tres años juntos y me abandonaras al saber que estaba embarazada. Solía odiarte por ello. Pero me gustaría agradecerte porque al abandonarme, me diste la posibilidad de experimentar la felicidad de criar a nuestra hija y eso es algo que no tengo como pagarte.

Gracias por dejarme darle a nuestra hija el amor y el afecto suficientes como para que no se diera cuenta de tu ausencia. Gracias por haberle dado esos ojos café oscuro que miro antes de que se duerma todas las noches. Gracias por haberte ido en el momento en el que lo hiciste, porque ambos sabemos que igual nos hubieras dejado tarde o temprano y de esta manera ella no supo que era tenerte sólo para luego sufrir con tu ausencia. Gracias por darme una gran historia para contarle cuando sea hora de hablarle de sexo, para decirle que acostarte con alguien no hará que te ame más y que embarazarte no hará que se quede contigo. Puede que me sienta mal con sólo escuchar tu nombre, pero no hay día en el que no te agradezca haber hecho posible que ella existiera.
Pero más importante aún: gracias por forzarme a crecer.
Dejar la universidad que amaba para ir a la universidad estatal que estaba cerca de mi casa no era el plan ideal que había imaginado para mi futuro. Trabajar tiempo completo, tomar clases de noche y estar despierta toda la noche con un bebé que no paraba de llorar no era necesariamente lo que había pensado que estaría haciendo a los 19. Sin embargo, no cambiaría nada. Al haberme dejado, me permitiste encontrar a alguien mejor para mi, alguien que compatibilizaba con la situación que vivía. Alguien que quería ayudarme y que no sentía miedo ante mi situación.
Gracias por hacerme reevaluar mis prioridades, por permitirme entender que Whisky con Coca Cola es el trago de mi pasado y que los jugos son mi futuro. Gracias por permitirme comprender que escuchar a una pequeña niña hablarme siempre le ganará al sonido de un DJ en una fiesta universitaria. Gracias por enseñarme que miles de pañales sucios son más preferibles a despertarte solo y con el vomito de la noche anterior.
Me hiciste crecer, me permitiste ver no sólo que podía ser una mamá increíble, sino que también podía ocupar el rol de padre. Ser madre soltera ha sido uno de mis logros más grandes porque me ha demostrado que soy capaz de cualquier cosa. A veces extraño la vida que solía tener, la que compartía contigo. Pero luego la realidad me golpea, y la pequeña niña que ni siquiera quisiste conocer me mira y me sonríe. No me puedo imaginar no tenerla y no la cambiaría por nada del mundo. A los 19 estaba asustada, y sabía que tú también, pero yo no escapé. En vez de deshacerme de la situación, seguí adelante y superé los obstáculos que se me presentaron. Un día, cuando sea mayor y entienda mejor las cosas, se dará cuenta que fui yo quien la crió, que fui yo quien se sacrificó.

Así que gracias por seguir con tu vida y ser el ser humano egoísta del que mi padre siempre me advirtió. Nuestra relación nunca fue un cuento de hadas, pero al menos conseguí tener una pequeña princesa. De alguna forma, me diste mi propio cuento de hadas, una vida llena de felicidad y un ‘y fueron felices para siempre’ con mi hija. Me has enseñado que a veces el príncipe azul no es quien salva a todos y te hace feliz: A veces el príncipe azul es una pequeña niña con un lazo en su cabello que te dice ‘mami’.



jueves, 10 de septiembre de 2015

NOVIOS JAJAJA

Anoche, mi novia y yo fuimos a la cama. Y bueno empezamos a acariciarnos todo.......... Ya yo estaba listo y en ese momento ella me dice "ahorita no tengo ganas mi amor, tan sólo quiero que me abraces ".......... con cara de cínica.

Yo dije QUÉEEE?????
Entonces me dijo las palabras mágicas:
"Es que no sabes conectarte con mis necesidades emocionales como mujer".
 
NO JODAAAAASSSS. Bueno me levanté, guardé los aceites, apagué las velas, quité el CD de Alejandro Sanz. Me metí a bañar con agua bien fría para tratar de calmar a la bestia.

Al día siguiente fuimos de compras al centro comercial y me dijo que le hacían falta algunas cosas. Yo le dije "agarra lo que quieras" y agarró 5 vestidos, 4 pares de zapatos, sostenes, pantalones, faldas, zapatos de goma. Ropa para jugar tenis (Una mujer que no sabe ni correr) Chaquetas con plumas, carteras.. Estaba emocionada.

Le dije ... "¿sólo eso? agarra TODO lo que quieras!!!  esa mujer estaba excitada sexualmente. Me dice otras palabras mágicas. "Ven papito lindo", "mi gordo hermoso" y muchas otras tonterías que dicen ellas...... Luego vamos a la caja a pagar. Y fue allí cuando faltando una persona le dije. "No mi amor, creo que ahorita no tengo ganas de comprar eso".
 
Le hubieran visto la cara! se quedó pálida cuando dije; "tan solo quiero que me abraces". Puso cara de desmayo, se le paralizó la parte izquierda del cuerpo. Le dio un tic nervioso en el ojo derecho. Le empezaron a salir unas manchas rojas en la cara. Y le dije : "Es que NO sabes conectarte con mis necesidades financieras como hombre".


Jajajajaa

LA VIUDA

Francisco invitó a su amigo Carlos a esquiar. Cargaron todo en su camioneta y se fueron a las montañas nevadas.
Apenas entraron en el pueblo más cercano, el tiempo empezó a ponerse mal. El cielo se oscureció, empezó a soplar un fuerte viento, totalmente inesperado para esa época del año y las primeras gotas de aguanieve acompañadas por el fuerte viento sacudieron el vehículo.
En pocos minutos el temporal fue tan fuerte, que era imposible continuar con su viaje.
Sin saber muy bien que hacer, de pronto vieron a lo lejos las tenues luces de una casa. Sin dudarlo, abandonaron la carretera y tomando un camino de tierra, enfilaron hacia la casa para pedir refugio.
Cuando llamaron a la puerta salió a recibirlos una mujer con los cabellos rubios ensortijados y húmedos, que aunque estaba vestida con unos pantalones de trabajo y un chaquetón demasiado grande para ella, no podía ocultar su esbelta figura. Era una mujer realmente hermosa.
Los hombres tímidamente le pidieron ayuda para poder refugiarse de la tormenta que ya les estaba azotando.
La mujer con una expresión dubitativa, les dijo: -Si es cierto, veo que esta noche vamos a tener una fuerte tormenta. Lo siento mucho, no puedo recibirlos en casa. Hace pocas semanas que falleció mi esposo y vivo sola. Si los dejo entrar temo que la gente hable de más y es algo que no deseo, ni me conviene.
-No se preocupe señora, dijo Francisco, entendemos su situación y no queremos causarle problemas. Quizás podría dejar que entremos con la camioneta en la caballeriza, y que nos refugiemos allí hasta que pase la tormenta. Nos iremos a primera hora de la mañana.
La señora aceptó, Francisco y Carlos se dirigieron al lugar y se acomodaron para pasar la noche. Por la mañana comprobaron que el tiempo había aclarado y al ver que en la casa estaba todo en silencio, con las ventanas cerradas, parecía no haber movimiento, se fueron y continuaron con su viaje.
Pasaron el fin de semana esquiando y disfrutando de las montañas, de la nieve, el paisaje y la compañía.
Nueve meses después, Francisco recibió una carta certificada enviada por un estudio jurídico. Después de pensar de quién podía tratarse, se dio cuenta que era de los abogados de aquella atractiva viuda que habían conocido aquel fin de semana, cuando fueron a esquiar a las montañas.
Subió a su camioneta y se fue a casa de su amigo Carlos.
-Carlos, quiero saber algo, le dijo: ¿Te acuerdas de aquella viuda tan agradable y hermosa que nos permitió refugiarnos en la tormenta?
-Sí, me acuerdo, respondió de inmediato Carlos. Dime, aquella noche, mientras dormíamos en la camioneta ¿tu fuiste a la casa a verla?
Un poco nervioso Carlos confesó: -Sí Francisco, lo hice.
-¿Por casualidad le diste mi nombre, haciéndote pasar por mí y le diste mi dirección como si fuera la tuya? preguntó Francisco con voz incrédula.
Carlos enrojeció. -Sí, lo siento amigo. Ella me preguntó y yo no sabía que decirle, entonces encontré la tarjeta que tu me habías dado con tu nueva dirección y sin pensarlo demasiado, se la di. Francisco, entiéndeme. Tú no tienes compromisos, vives solo, estas soltero y pensé que si la situación se complicaba, tu podrías salir airoso del problema. Pero ¿Por qué me preguntas todo eso? ¿Pasó algo?
-Si, ello murió el mes pasado y me ha dejado toda su fortuna. Gracias por darle mi tarjeta.

“Seguramente al leer esta historia pensaste que el final iba a ser diferente, lo mismo me ocurrió a mí, pero este relato nos muestra la fragilidad de nuestros pensamientos, lo que sucede con las mentiras y como a la largo del tiempo, la vida premia a las personas honesta”

EL ABORTO

El padre es asmático, la madre tuberculosa. Tienen cuatro hijos, el primero es ciego, el segundo es sordo, el tercero murió y el cuarto tiene tuberculosis. La madre está embarazada de nuevo.
¿Recomendarías el aborto en esta situación?
Si tu decisión es afirmativa, hubieras evitado que el mundo conociera a Ludwig Van Beethoven.
Un hombre blanco viola a una niña negra de 13 años y ésta queda embarazada. Si fueras el padre de esta joven.
¿Le recomendarías el aborto?
Si tu decisión es afirmativa, jamás hubiera nacido Ethel Walters, una de las cantantes negras más famosas de toda la historia.
Un predicador y su esposa con graves problemas económicos (son realmente pobres) ya tienen 14 hijos. Considerando su extrema pobreza.
¿Recomendarías que la esposa abortara su decimoquinto hijo?
Si tu decisión es afirmativa, el mundo no hubiera podido escuchar a John Wesley, uno de los predicadores más grandes de todos los tiempos.
Una joven está embarazada; no está casada y su prometido no es el papá del niño que está esperando.
¿Le recomendarías que abortara?
Si tu decisión es afirmativa, hubieras impedido que María trajera al mundo el regalo más precioso de toda la humanidad: «JESÚS»

«Las leyes de los hombres te amparan, puedes ir a un hospital a practicarte un aborto, es muy simple y además nadie te va a preguntar nada, quizás ni tu nombre. Pero considera: Dios sabe perfectamente que llevas vida dentro de tu vientre. No mates a quien puede ser un regalo para toda la humanidad»

SOY MUJER

 Soy mujer cuando me miro al espejo y veo que ya no estoy tan joven.
Soy mujer cuando quiero superarme aunque ya parezca tarde.
Soy mujer cuando leo un libro y no tengo tiempo de terminarlo.
Soy mujer cuando tengo que lavar toda la ropa pero no quiero doblarla.

Soy mujer cuando me quiero cambiar el color de cabello, pintarme las uñas de rojo, hacerme un facial o ponerme unos tacones altos.

Soy mujer cuando me paso horas en el teléfono escuchando de mis amigas con sus problemas amorosos o que están cansadas de la rutina de todos los días, de sus nuevos amores y de sus decepciones… ¡como si no fuera suficiente con las mías propias!

Soy mujer cuando tengo la capacidad de que un ser humano se forme dentro de mí por 9 meses.
Soy mujer cuando doy a luz con dolor o cuando me tengo que recuperar de una cesárea.

Soy mujer cuando me divido en: madre, esposa, amiga, psicóloga, enfermera o maestra, todo ello sin necesidad de tener el mencionado título, o recibir SALARIO alguno por ello.

Soy mujer cuando me levanto temprano a atender a mis hijos antes de irse a la escuela.

Soy mujer cuando hago todo lo posible por acostar a mis hijos más temprano para hacer el amor con mi esposo.

Soy mujer cuando quiero complacer a mi pareja aunque no estemos de acuerdo en algo.

Soy mujer cuando busco un tiempo para tomarme unas copas con mi esposo, novio, amante, amigo, etc.

Consejos de mujer

Soy mujer cuando doy consejos que ni yo misma aplico en mi vida, pero que de todos modos, a alguien logran ayudar.

Soy mujer si me gusta el rosado, el azul o el marrón, tanto si me gustan los deportes como si no los puedo ni ver. Mujer si me gustan o no, las joyas, ropa o moda... pues me siento femenina con ello, aunque no me queden igual que a las modelos.



Soy mujer cuando me dejo seducir por los zapatos y bolsos. Pueden ser 100 pares o más los que tenga, da igual pues me encantan y los quiero todos, incluso aquellos que ya no utilizo desde hace tiempo porque ya pasaron de moda.

Soy mujer cuando pido que me traten como una reina, que me cuiden, que me mimen y me respeten. ¡Porque merezco ser tratada así, claro que sí!

Soy mujer porque tengo la capacidad de amar y de ser amada.

Yo soy mujer

Por estas y muchas más razones, soy mujer, y orgullosa de serlo.


Dedicado a todas aquellas que en algún momento nos hemos frustrado y sentido que no valemos. Ser mujer es algo hermoso y valioso, a todas por igual nos debería llenar de orgullo.



GRACIAS

 “Gracias…
A todos los que conocimos y olvidamos,
a los que nos conocieron y nos olvidaron,
a los que recordamos y nos recuerdan,
a los que amamos y ya no,
a los que aún nos saludan cuando los vemos,
aunque ya no nos hablemos.”

Gracias por todo, gracias. 
“Gracias” es una de esas maravillosas palabras que siempre la guardamos para nosotros. Muchas veces cuando las personas hacen algo por una damos por hecho que ya agradecimos lo que han hecho por nosotros, pero no es así, es importante dar las gracias por cada gesto de bondad que recibimos.

Debemos estar agradecidos cuando alguien nos llama por teléfono para preguntarnos cómo estamos. ¿Quién obliga a una persona llamar a otra? Nadie, sólo lo hacen porque nos quieren y nos aprecian.

No seamos personas ingratas y sepamos dar las gracias a cualquier persona que haga algo por nosotros. Un ejemplo muy claro es que cuando vamos a un salón a tomar un té pagamos la cuenta, rara vez dando las gracias a quien nos estuvo atendiendo lo mejor que pudo.

Yo siempre agradezco, hasta a la persona que trabaja en el supermercado y nos muestra el producto, es un gesto amable y hay que agradecer. Cuando nos despertamos y abrimos los ojos ¿damos las gracias a Dios por el solo hecho de respirar? Bueno, eso que cada cual lo responda en su interior.

               


Gracias por tu amistad, gracias.
Debemos dar las gracias a los amigos que hemos conocido por Internet, que muchas veces son mejores amigos que los que tenemos a nuestro lado, siempre ofreciéndonos su apoyo.

Cuando vas por la calle, alguien te reconoce, y se acerca para hablar contigo; da las gracias por el hecho de que te hable y sea tu amigo.

Esa palabra tan maravillosa
“gracias”…
es muy corta pero poco usada.

Siempre demos las gracias.
No lo olvidemos, no cuesta nada dar las gracias.
Al contrario, te hace más grande.

Nunca des las cosas por sentadas, di con palabras lo que sientes, muchas veces por perezosas no llamamos a la casa o a nuestros amigos y cuando llamas ya es tarde pues esa persona ya no está y lo peor es que ya no volverá, como cuando alguien que amamos se va de este mundo y no pudimos hablarle.

No dejemos nada para mañana, muchas veces puede ser demasiado tarde, hoy mismo agradece todo lo que han hecho por ti y empieza por decirle a Dios “muchas gracias Señor por darme un día más para enmendar mis errores” y después, a todas esas personas que hemos dejado de lado…

Te doy las gracias.
Decir gracias,
es la mejor palabra

que nuestra boca puede salir.

lunes, 24 de agosto de 2015

LA TRISTE HISTORIA DE UN DIVORCIO































Cuando llegué a mi casa esa noche, mientras mi esposa me servía la cena, le agarré su mano y le dije, tengo algo que decirte. Ella se sentó y comió callada. La observé y vi el dolor en sus ojos, de pronto no sabía cómo abrir mi boca, pero tenía que decirle lo que estaba pensando. "Quiero el divorcio".
Ella no parecía estar disgustada por mis palabras y me preguntó suavemente ¿por qué?... No supe que responder.

Esa noche no hablamos, sólo escuche lo mucho que lloraba. Sabía que quería saber qué estaba pasando con nuestro matrimonio, pero no pude contestarle. Sucedió que ella había perdido mi corazón, ahora le pertenecía a otra mujer llamada Juana. Yo ya no amaba a mi esposa, solamente le tenía lástima!

Con un gran sentido de culpabilidad, escribí un acuerdo de divorcio y en este acuerdo ella se quedaba con la casa, el carro y el 30% de nuestro negocio. Ella miró el acuerdo y lo rompió a pedazos!

Ella pasó 10 años de su vida conmigo y éramos como extraños! Yo le tenía lástima, por todo su tiempo perdido, su energía pero ya no podía cambiar, yo amaba a Juana. De pronto empezó a gritar y a llorar para desahogarse. La idea del divorcio ahora era mas clara para mí.

Al día siguiente llegué a casa y la encontré escribiendo en la mesa. No cené y me fui a dormir, estaba muy cansado de haber pasado el día con Juana. Cuando desperté, todavía estaba mi esposa escribiendo en la mesa. No me importó, me viré y seguí durmiendo.

Por la mañana mi esposa me presentó sus condiciones para el divorcio. No quería nada de mí, pero necesitaba un mes de aviso antes del divorcio. En sus condiciones me pedía que por un mes tendríamos que vivir como hasta ahora, vivir normal. Su razón era simple, nuestro hijo tenía todo ese mes exámenes y no quería molestarlo con nuestro matrimonio quebrantado. Yo estuve de acuerdo, ella tenía otra petición. Que me acordara cuando yo la cargué a nuestro cuarto el día que nos casamos. Me pidió que por ese mes, todos los días la cargara del cuarto hasta la puerta de salida de la casa!

Pensé que se había vuelto loca, pero para llevar la fiesta en paz, y para que firmara el divorcio después del mes, acepté.

Le conté a Juana lo que mi esposa me había pedido. Ella se reía en voz alta, y decía que era absurdo la petición, que no importaba que truco usara, tendría que darle la cara al divorcio.

Mi esposa y yo no teníamos contacto físico desde que expresé mis intenciones de divorcio, así que cuando la cargué el primer día hasta la puerta de salida, los dos nos sentimos mal, incómodos. Nuestro hijo caminaba detrás aplaudiendo y diciendo: Papá está cargando a mi mami en sus brazos. Sus palabras me causaron mucho dolor. Caminé los 10 metros con mi esposa en mis brazos, ella cerró los ojos y me dijo en voz baja: No le digas a nuestro hijo del divorcio. Afirmé con la cabeza un poco disgustado, la bajé cuando llegué a la puerta, y se fue a esperar el transporte para ir al trabajo.

El segundo día, los dos estábamos más relajados. Ella se apoyó en mi pecho. Pude sentir su fragancia, me di cuenta que hacia tiempo que no la miraba detenidamente. Ya no era tan joven, tenía algunas arrugas, algunas canas. Era notable el daño de nuestro matrimonio! Por un momento pensé y me pregunté. ¿Qué fue lo que le hice?...

El cuarto día, la cargué, sentí que la intimidad estaba regresando entre ambos. Esta era la mujer que me dio 10 años de su vida. En el quinto y sexto día, seguía creciendo nuestra intimidad. No le dije nada al respecto a Juana, pero cada día era más fácil cargar a mi esposa. Pensé que me estaba acostumbrando a cargarla porque era menos notable cargar el peso de su cuerpo conforme pasaban los días.

Una mañana ella estaba viendo que ponerse, se había probado muchos vestidos pero no servían. Se quejó diciendo: ¡Mi ropa se ha puesto grande!!! Y fue ahí que me di cuenta que estaba muy delgada, y esa era la razón por la cual yo no sentía su peso al cargarla.

De pronto sentí que le había enterrado mucho dolor y amargura. Sin darme cuenta le toqué su cabello, en ese momento nuestro hijo entró a la recamará y dijo: "papá llegó el momento de que cargues a mamá hasta la puerta!!".

Para mi hijo ver a su padre día tras día cargar a su mamá hasta la puerta, se había convertido en una parte esencial de su vida. Mi esposa lo abrazó, yo vire mi cara, sentí temor que cambiara mi forma de pensar sobre el divorcio.

Cargar a mi esposa en mis brazos hasta la puerta, se sentía igual que el primer día de nuestra boda. Ella acariciaba mi cuello suavemente y natural, yo la abrazaba fuerte, igual que nuestra noche de bodas. La abracé y no me moví, pero la sentí tan livianita y delgada que me dio tristeza.

El último día igual la abracé y no quería moverme, quería que el momento durara mucho más.

Manejé para la oficina, un impulso dentro de mí me hizo cambiar de dirección. Al llegar a mi nuevo destino salí del auto, subí las escaleras y al tocar la puerta Juana me abrió. La vi a los ojos y sin vacilar le dije: Lo siento, no quiero ni voy a divorciarme de mi esposa.

Juana me miró con asombro, quería explicaciones. Yo, amaba a mi esposa y ella a mí. Era que entramos en rutina y estaba aburrido, no valoré los detalles de nuestra vida, hasta que empecé a cargarla de nuevo, me di cuenta que debo y quiero cargarla por el resto de nuestras vidas.

Juana lloró, me dio una bofetada y cerró la puerta. Bajé las escaleras, subí al auto y llegué a la florería. Compré el arreglo más hermoso para mi esposa.

La joven en la florería me entregó una tarjeta, donde de puño y letra escribí: "Te cargaré todas las mañanas hasta que la muerte nos separe".

Llegué a mi casa con flores en la mano y una sonrisa, corrí y subí para encontrarme con mi esposa, pero ella estaba muerta!!!!

Le habían detectado cáncer y yo estaba tan ocupado con Juana que no me di cuenta. Mi esposa sabía que se estaba muriendo, y por ese motivo pidió un mes de aviso antes del divorcio, para que nuestro hijo no le quedará un mal recuerdo de la vida matrimonial de sus padres. Para que no tuviera una reacción negativa. Por lo menos, le quedaría saber que su padre era un esposo que amaba a su esposa.

Estos pequeños detalles es lo que importa en una relación, no la casa, el carro, el dinero en el banco. Crean un ambiente que crees te llevará a la felicidad, pero en realidad, no es así!!!!

Trata de mantener tu matrimonio feliz, comparte esta historia y quizás estés salvando un matrimonio. Todas las historias de fracaso son iguales, se dan por vencidos cuando están a punto de entrar en éxito.


Y recuerda, "No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos".