A todos los que conocimos y olvidamos,
a los que nos conocieron y nos olvidaron,
a los que recordamos y nos recuerdan,
a los que amamos y ya no,
a los que aún nos saludan cuando los vemos,
aunque ya no nos hablemos.”
Gracias por todo, gracias.
“Gracias” es una de esas maravillosas palabras que
siempre la guardamos para nosotros. Muchas veces cuando las personas hacen algo
por una damos por hecho que ya agradecimos lo que han hecho por nosotros, pero
no es así, es importante dar las gracias por cada gesto de bondad que
recibimos.
Debemos estar agradecidos cuando alguien nos llama por
teléfono para preguntarnos cómo estamos. ¿Quién obliga a una persona llamar a
otra? Nadie, sólo lo hacen porque nos quieren y nos aprecian.
No seamos personas ingratas y sepamos dar las gracias a
cualquier persona que haga algo por nosotros. Un ejemplo muy claro es que
cuando vamos a un salón a tomar un té pagamos la cuenta, rara vez dando las
gracias a quien nos estuvo atendiendo lo mejor que pudo.
Yo siempre agradezco, hasta a la persona que trabaja en
el supermercado y nos muestra el producto, es un gesto amable y hay que
agradecer. Cuando nos despertamos y abrimos los ojos ¿damos las gracias a Dios
por el solo hecho de respirar? Bueno, eso que cada cual lo responda en su
interior.
Debemos dar las gracias a los amigos que hemos conocido
por Internet, que muchas veces son mejores amigos que los que tenemos a nuestro
lado, siempre ofreciéndonos su apoyo.
Cuando vas por la calle, alguien te reconoce, y se acerca
para hablar contigo; da las gracias por el hecho de que te hable y sea tu
amigo.
Esa palabra tan maravillosa
“gracias”…
es muy corta pero poco usada.
Siempre demos las gracias.
No lo olvidemos, no cuesta nada dar las gracias.
Al contrario, te hace más grande.
Nunca des las cosas por sentadas, di con palabras lo que
sientes, muchas veces por perezosas no llamamos a la casa o a nuestros amigos y
cuando llamas ya es tarde pues esa persona ya no está y lo peor es que ya no
volverá, como cuando alguien que amamos se va de este mundo y no pudimos
hablarle.
No dejemos nada para mañana, muchas veces puede ser
demasiado tarde, hoy mismo agradece todo lo que han hecho por ti y empieza por
decirle a Dios “muchas gracias Señor por darme un día más para enmendar mis
errores” y después, a todas esas personas que hemos dejado de lado…
Te doy las gracias.
Decir gracias,
es la mejor palabra
que nuestra boca puede salir.
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