Claro, lo primero que le pregunto, a quien espeta la frase en cuestión, es: ¿Por qué? ¿Por qué no te gusta tu vida?
Y es que, vamos a estar claros, la vida no es siempre como queremos que sea. Pero, esa no una excusa válida. Si no nos gusta nuestra vida, ¿qué estamos haciendo para cambiarla?
El conformista podrá decir “esta es mi vida, y la acepto”. El vencedor dirá: “esta es mi vida, no me gusta, y voy a luchar para cambiarla”.
¿No nos gusta el trabajo? Exploremos qué opciones tenemos. Armemos nuestro Curriculum Vitae y enviémoslo a varias empresas o a portales de empleo.
¿No nos sentimos a gusto viviendo en casa de nuestros padres o con los actuales inquilino? Empecemos a buscar casa o habitación en otra parte.
¿No nos gusta la carrera que estamos estudiando? Pues en las universidades hay un departamento de orientación que te podrá ayudar a definir tus preferencias.
¿No me siento bien en la relación que tengo? Pues entonces habla con tu pareja y evalúa lo que han hecho y lo que no han hecho.
Si se sienten mal, pues vean cuál es la fuente de inconformidad y arreglen el problema. La solución no es quejarse e ir por la vida haciendo el papel de víctima o de Calimero.
La solución no es preocuparse. La solución es ocuparse.
Por eso, cuando digas “No me gusta mi vida”, no te quejes. Ocúpate y trabaja para cambiar tu vida.
Un buen ejercicio es pensar en dónde quieres estar en unos 5 años. Visualízate dónde quieres estar viviendo, trabajando o con quién quieres estar en unos años. Ello te ayudará a trazarte un norte, un objetivo a cumplir, y de allí podrás obtener las tareas que debes ir cumpliendo para alcanzar lo que quieres.
Pero no te quejes. A la final, si no te gusta tu vida, es porque no has hecho nada para cambiarla. Y no le eches la culpa al mundo. La culpa es tuya.
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