No me han regalado ningún final feliz, mas yo sigo
luchando por cambiar mi vida. Sonreiré, aunque no me den motivos. Porque nada
podrá hacerme una persona amargada… pues mi felicidad está dentro de mí.”
Quizás la vida no te ha dado lo suficiente como para que
puedas sentirte feliz. Y tal vez piensas que la vida te castiga por un motivo u
otro… pero no es así. Tienes que aprender a ser feliz con lo que tienes y no
tienes.
Mírate al espejo, pese a todo lo malo que te parezca ver
en ti mismo, en tu rostro sí hay belleza. Esboza una sonrisa y mira cómo se
ponen tus ojitos de contentos… Sólo con una pequeña sonrisa, incluso forzada,
notarás cómo cada parte de tu cuerpo reacciona a la felicidad…Y es que así es
la vida: si te sientes contento, todo tu cuerpo lo nota y responde
positivamente ante este sentimiento de felicidad. Tu piel resplandece, tus ojos
se llenan de un brillo especial que te llena de ese “algo” que a los demás les
gusta y les hace voltear la mirada para verte…
Sé esa persona positiva que con su sonrisa siempre da
buen rollo, una persona que se nota feliz.
Muchas veces llevamos por dentro tantos problemas que
hasta la piel lo nota y se vuelve opaca, nuestra mirada se queda triste y
nuestros labios permanecen rígidos y no nos sientan bien… ¿Qué puede ser más
importante que amarte, consentirte y cuidarte a ti mismo? ¡NADA! Nada es más
importante…
No dejes que este mundo loco te haga desvariar. ¡Todo lo
contrario!
Muéstrate fuerte, con seguridad, felicidad y plenitud
personal… que la vida no te envuelva en el estrés. No te dejes enredar en
situaciones que te hagan sentir fuera de ti…
Contempla tu entorno, observa tu bello interior y date
cuenta que no eres un cualquiera,
eres especial...
y ahora sonríe.
Y eso… eso te hará renacer a la vida.
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