La mayor riqueza es saber apreciar lo que tenemos y lo que somos. Pensar en lo que los demás están haciendo puede darte dolor de cabeza. En lugar de ello, piensa en lo que tienes que hacer. Házlo, y verás cómo te sientes.
Nadie en realidad te produce intranquilidad. Tú eres tu propio amigo o tu propio enemigo. Son tus limitaciones, debilidades, expectativas y hábitos negativos los que te roban la paz y te hacen sufrir.
Si alguien está haciendo algo erróneo, en lugar de perder tu paz y dejar que la mente se queje, pregúntate: "¿Qué puedo hacer yo para beneficiar a esa persona?"

Es necesario crear esperanzas y entusiasmo en el futuro y una visión más positiva de la realidad del presente. De esta forma promovemos la paz.

Cada individuo también es diferente y tiene su propio papel. Piensa en lo que tenemos en común y apreciarás a cada ser humano. Esta es una clave para permanecer en paz.
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